Una travesía desde el Neolítico hasta hoy
Varios investigadores estudian el recorrido de un hacha perforada de más de seis mil años que viajó desde el Piamonte italiano hasta Galicia, tal vez por mar «No sería la única evidencia de un posible tráfico marítimo entre los dos Finisterres atlánticos»
Desde los Alpes hasta Galicia pasando por la Bretaña francesa. Ese es el recorrido de un hacha perforada con más de seis mil años de historia, según una investigación de la que ya se han publicado las conclusiones y en la que han participado tres historiadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Poco más se conoce de cómo llegó hasta la parroquia de villalbesa de Vilapedre donde fue descubierta miles de años después, en el siglo XIX. «Después, se guardó desde principios del siglo XX en el área departamental de Prehistoria y Arqueología de la Facultade de Historia de la USC», relata Ramón Fábregas, catedrático en el centro universitario santiagués. Y en el edificio permanecía expuesta en una vitrina.
No son los primeros estudios que se realizan sobre esta piedra, tallada en forma de hacha y que se encuentra perforada, pero ahora, los investigadores se han centrado en conocer su origen después de «identificar con precisión la naturaleza mineralógico de la roca en la que estaba hecha y comprobar una idea que se había manejado y llevaba la posible relación de esta pieza con otras que se conocían en Europa y especialmente con las de la Bretaña francesa», relata el profesor. Una vez allí, habría sido modificada y pulida «hasta dotar su superficie de un brillo especular y siendo perforada en su parte próxima o talón, probablemente para ser empleada como adorno destinado a lucir colgado en el pecho de algún individuo prominente».
El mineral del que está compuesto es la jadeíta, que muy probablemente venía de las cercanías del curso alto del río Po a su paso por Revello, en el Piamonte italiano, precisa en un comunicado la USC. «Sabemos que había extracciones de pequeñas canteras que explotaban la jadeíta alpina en época neolítica», añade Fábregas en conversación telefónica con ABC. Sin embargo, ese solo sería el principio del viaje de esta piedra, único ejemplar en toda la Península Ibérica con estas características, además de por su «forma y el hecho de estar perforada», detalla el catedrático.
Viaje por vía marítima
No, su viaje no terminó ahí, si no que continuó «eventualmente» hasta la Bretaña francesa, donde hay «una gran concentración de este tipo de piezas», suscribe Fábregas. Probablemente allí fue donde se produjo la perforación. Sin embargo, ¿cómo llegó a Vilalba?
Los expertos consideran que es posible que fuese por vía marítima, según publicaron en las conclusiones del estudio para la revista ‘Journal of Lithic Studies’ de la Universidad de Edimburgo. Un hecho que explica con detenimiento Fábregas: «¿Cómo llega al norte de Galicia? Esta pieza es única en la Península Ibérica, solo tenemos un ejemplar hasta el momento, que es la de Vilapedre. Y tampoco se conocen en el intermedio de Gran Bretaña y el norte de Galicia. No al menos al sur del río Gabona, al sur de Burdeos». Precisamente ahí parece estar la evidencia principal de la reconstrucción de este viaje: «Tal vez esa pieza llegó por vía marítima. Esto es solo una hipótesis, no tenemos pruebas controvertibles de ello, pero podría coincidir con el hecho de que hay otros elementos: hay una cerámica así como algunos temas decorativos que aparecen en Galicia y que se asemejan a otros ejemplares que hay en la Bretaña. Quiero decir, [esta hacha] no sería la única evidencia de un posible tráfico marítimo entre los dos Finisterres. Aunque, insisto, esto es una hipótesis, no podemos afirmarlo con rotundidad», revela el catedrático de la USC.
«Una pieza valiosa»
Sobre esas hipótesis anteriores también incide Fábregas, que considera este hacha como una «prueba material y firme» de esas «conexiones entre los finisterres atlánticos». Sin embargo, tiene un valor añadido, puesto que siempre que se estudiaban estas relaciones «marítimas» se hacía teniendo en cuenta que eran en la «Edad de Bronce». Con este hacha, se entiende que estos contactos habrían comenzado «tal vez, desde más atrás, 1.500 años antes», sentencia el catedrático.
En algún momento de su viaje, esta pieza llega al norte de Galicia y, probablemente, recae en manos de alguien «importante», relata Fábregas. «Es una pieza valiosa, muy atractiva estéticamente y de origen foráneo», justifica, por lo que es probable que la pieza terminase acompañando a su portador hasta la tumba. Lo que encajaría con los archivos personales de su descubridor, el historiador villalbés fallecido en 1909, Manuel Mato Vizoso, que han sido recientemente revisados.