ABC (Galicia)

Una travesía desde el Neolítico hasta hoy

Varios investigad­ores estudian el recorrido de un hacha perforada de más de seis mil años que viajó desde el Piamonte italiano hasta Galicia, tal vez por mar «No sería la única evidencia de un posible tráfico marítimo entre los dos Finisterre­s atlánticos»

- ESTEFANÍA D. CARRUÉBANO SANTIAGO

Desde los Alpes hasta Galicia pasando por la Bretaña francesa. Ese es el recorrido de un hacha perforada con más de seis mil años de historia, según una investigac­ión de la que ya se han publicado las conclusion­es y en la que han participad­o tres historiado­res de la Universida­de de Santiago de Compostela (USC). Poco más se conoce de cómo llegó hasta la parroquia de villalbesa de Vilapedre donde fue descubiert­a miles de años después, en el siglo XIX. «Después, se guardó desde principios del siglo XX en el área departamen­tal de Prehistori­a y Arqueologí­a de la Facultade de Historia de la USC», relata Ramón Fábregas, catedrátic­o en el centro universita­rio santiagués. Y en el edificio permanecía expuesta en una vitrina.

No son los primeros estudios que se realizan sobre esta piedra, tallada en forma de hacha y que se encuentra perforada, pero ahora, los investigad­ores se han centrado en conocer su origen después de «identifica­r con precisión la naturaleza mineralógi­co de la roca en la que estaba hecha y comprobar una idea que se había manejado y llevaba la posible relación de esta pieza con otras que se conocían en Europa y especialme­nte con las de la Bretaña francesa», relata el profesor. Una vez allí, habría sido modificada y pulida «hasta dotar su superficie de un brillo especular y siendo perforada en su parte próxima o talón, probableme­nte para ser empleada como adorno destinado a lucir colgado en el pecho de algún individuo prominente».

El mineral del que está compuesto es la jadeíta, que muy probableme­nte venía de las cercanías del curso alto del río Po a su paso por Revello, en el Piamonte italiano, precisa en un comunicado la USC. «Sabemos que había extraccion­es de pequeñas canteras que explotaban la jadeíta alpina en época neolítica», añade Fábregas en conversaci­ón telefónica con ABC. Sin embargo, ese solo sería el principio del viaje de esta piedra, único ejemplar en toda la Península Ibérica con estas caracterís­ticas, además de por su «forma y el hecho de estar perforada», detalla el catedrátic­o.

Viaje por vía marítima

No, su viaje no terminó ahí, si no que continuó «eventualme­nte» hasta la Bretaña francesa, donde hay «una gran concentrac­ión de este tipo de piezas», suscribe Fábregas. Probableme­nte allí fue donde se produjo la perforació­n. Sin embargo, ¿cómo llegó a Vilalba?

Los expertos consideran que es posible que fuese por vía marítima, según publicaron en las conclusion­es del estudio para la revista ‘Journal of Lithic Studies’ de la Universida­d de Edimburgo. Un hecho que explica con detenimien­to Fábregas: «¿Cómo llega al norte de Galicia? Esta pieza es única en la Península Ibérica, solo tenemos un ejemplar hasta el momento, que es la de Vilapedre. Y tampoco se conocen en el intermedio de Gran Bretaña y el norte de Galicia. No al menos al sur del río Gabona, al sur de Burdeos». Precisamen­te ahí parece estar la evidencia principal de la reconstruc­ción de este viaje: «Tal vez esa pieza llegó por vía marítima. Esto es solo una hipótesis, no tenemos pruebas controvert­ibles de ello, pero podría coincidir con el hecho de que hay otros elementos: hay una cerámica así como algunos temas decorativo­s que aparecen en Galicia y que se asemejan a otros ejemplares que hay en la Bretaña. Quiero decir, [esta hacha] no sería la única evidencia de un posible tráfico marítimo entre los dos Finisterre­s. Aunque, insisto, esto es una hipótesis, no podemos afirmarlo con rotundidad», revela el catedrátic­o de la USC.

«Una pieza valiosa»

Sobre esas hipótesis anteriores también incide Fábregas, que considera este hacha como una «prueba material y firme» de esas «conexiones entre los finisterre­s atlánticos». Sin embargo, tiene un valor añadido, puesto que siempre que se estudiaban estas relaciones «marítimas» se hacía teniendo en cuenta que eran en la «Edad de Bronce». Con este hacha, se entiende que estos contactos habrían comenzado «tal vez, desde más atrás, 1.500 años antes», sentencia el catedrátic­o.

En algún momento de su viaje, esta pieza llega al norte de Galicia y, probableme­nte, recae en manos de alguien «importante», relata Fábregas. «Es una pieza valiosa, muy atractiva estéticame­nte y de origen foráneo», justifica, por lo que es probable que la pieza terminase acompañand­o a su portador hasta la tumba. Lo que encajaría con los archivos personales de su descubrido­r, el historiado­r villalbés fallecido en 1909, Manuel Mato Vizoso, que han sido recienteme­nte revisados.

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CEDIDA El hacha de Vilapedre en una imagen tomada en la investigac­ión

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