Lilo Clareto (1960-2021)
Pasión por el Amazonas Fotorreportero y activista brasileño, trabajó largos años en el diario ‘O Estado de Sâo Paulo’, colaborando además en el semanario ‘Época’
Aconsecuencia del Covid, ha fallecido en Sao Paulo, el pasado día 21, y a los 71 años, el fotorreportero brasileño Lilo Clareto. Nacido en la localidad mineira de Passos, Maurilo Clareto, que firmaría siempre Lilo, trabajó largos años en el diario ‘O Estado de Sao Paulo’, colaborando además en el semanario ‘Época’. Contemplada por él, la metrópolis es a la vez un interminable laberinto de cemento y un lugar con áreas paradisiacas. Impresionan sus visiones de favelas, de Sao Bento, de las escaleras de la Sé, o de la iglesia de la Consolaçao y el vecino Viaducto. La mirada agradece el contrapunto, el descanso que supone la contemplación de la luz atravesando el delicado encaje de un gran árbol tropical.
En 2017, Lilo Clareto tomó la drástica decisión de huir del cemento, instalándose en Altamira, localidad del Estado de Pará, en la región amazónica. Ahí rehízo su vida, comprometiéndose con la causa indígena, en estrecha sintonía con otra altamirense adoptiva, su gran amiga la escritora y periodista Eliane Brum, conocida por su evocación de la epopeya de la ‘Coluna Prestes’, y por otro libro titulado ‘Brasil construtor de ruinas: de Lula a Bolsonaro’. Tanto Clareto como Eliane Brum, colaboradores ambos de la edición brasileña (y digital) de ‘El País’, han sido muy activos en la denuncia de la presa de Belo Monte, sobre el río Xangú. De nuevo una gran dicotomía en la producción amazónica del fotógrafo: por una parte, la maravilla colorista de ciertas vegetaciones o ciertas aves o ciertos atardeceres leves, o la empatía que transmite el retrato del niño indígena con una piraña en las manos, y por otra la denuncia de la hidroeléctrica, de la deforestación, de las talas ilegales... Esa zona de la obra del finado se inscribe en la estela de ciertos pioneros ochocentistas; de dos fotógrafos ‘amateurs’ personalísimos como Mário de Andrade y el francés Claude Lévi-Strauss; y de dos grandes señoras de la cámara, ambas nacidas en 1931, Maureen Bisilliat y Claudia Andújar, actual expositora en el espacio barcelonés de la Fundación Mapfre. Recordar también los nombres de algunos forasteros magnéticamente atraídos por el gran río y el inmenso bosquepulmón, como pueden ser el alemán Lothar Baumgarten, el norteamericano Alex Webb, o nuestro José Manuel Ballester.
Hace algo más de un mes, Clareto contrajo el Covid, que en Brasil está desbocado. Para poder hacer frente a los gastos de su traslado y hospitalización en Sao Paulo, sus familiares y amigos promovieron en redes una campaña de apoyo, consistente principalmente en la venta de fotografías. Gracias al éxito de esa campaña, fue debidamente atendido. Finalmente, no pudo salvarse.