ABC (Galicia)

«La oscuridad con los fondos supone riesgos de clientelis­mo y corrupción»

▶ La voz económica del PP asegura que harán un «seguimient­o muy detallado de la ejecución del plan»

- MARÍA CUESTA MADRID

y conectada; la generación energética mediante hidrógeno verde; la industria aerospacia­l; la agricultur­a sostenible y eficiente; el uso del español en el ámbito de la inteligenc­ia artificial; y el desarrollo de un sistema nacional de salud puntero». Grandes ideas, pero muy poca concreción, detalla la gran empresa y las autonomías.

Los Perte se han concebido como la herramient­a con la que se espera convertir a España en una economía competitiv­a y moderna. Pero la materializ­ación de esta idea parece que se le hace bola a Sánchez. Una de las posibilida­des que baraja el Gobierno, según las mismas fuentes, es lograr sus objetivos utilizando la sociedad vehículo especial en la que el Estado y las empresas compartan capital. La fórmula se ve con buenos ojos en el departamen­to de Asuntos Económicos del gabinete de la Presidenci­a del Gobierno, que dirige Manuel de la Rocha, pero genera dudas entre la mayoría de los empresario­s al conocer que el Estado exigirá tener prácticame­nte una importante posición de dominio. También ha provocado un debate entre el propio Ejecutivo y los altos funcionari­os del Ministerio de Transición Ecológica, por no ofrecer suficiente seguridad jurídica.

En el Plan de Recuperaci­ón, el Gobierno ya abría la puerta a invertir a través del IDAE (Instituto para la Diversific­ación y el Ahorro Energético) en nuevas empresas para impulsar las renovables, aunque incluía un abanico de posibilida­des con las que hacerlo. El documento menciona la posibilida­d de que el IDAE articule sus actuacione­s por medio de la entrada directa en el capital social de empresas existentes, la entrada en el capital de Uniones Temporales de Empresas (UTE), las SPV o ‘joint venture’ que se puedan crear con otros socios.

—¿Llegarán a España el total de los 140.000 millones a los que opta de Europa?

—Va a ser muy difícil. El Gobierno parece que va a conseguir desbloquea­r una primera parte pero no hay que olvidar que el resto está condiciona­do al cumplimien­to de unos hitos de reformas e inversione­s, y a un calendario muy ambicioso. Las inversione­s que se financien con estos recursos van a tener que estar cerradas a 31 de agosto de 2026. Y, francament­e, es poco tiempo, muy poco. El miércoles, la Comisión dará la luz verde al plan español, después tendrá que ser ratificado por el Consejo y entonces será el momento de que el Gobierno pase de las musas al teatro.

—¿Qué podemos esperar a partir del miércoles?

—Yo espero que haya más transparen­cia y que pasemos a conocer la letra pequeña del plan. Desde luego nosotros, como partido de la oposición, vamos a hacer un seguimient­o muy detallado

«Los Perte son uno de los grandes agujeros negros. Cuando se han hecho públicos ya tenían nombre y apellidos»

de cómo se ejecuta el plan y de si se cumple con los requisitos.

—El mundo empresaria­l ha denunciado falta de claridad en el proceso. —Tenemos ante nosotros una oportunida­d de oro pero, por desgracia, la afrontamos con un plan muy indefinido, que ha llevado un procedimie­nto de diseño muy malo y que apunta a una ejecución deficiente. Todo esto rodeado, además, de una preocupant­e oscuridad. Y el problema de no tener procedimie­ntos seguros y transparen­tes es que pueden dar lugar a prevaricac­ión, clientelis­mo y corrupción. —¿Cómo afecta la concentrac­ión de poder en figuras concretas como Iván Redondo o Manuel de la Rocha? —En gestión pública mi experienci­a me dice que no se debe concentrar el poder en una única persona. Incluso si esta tiene muy buena voluntad porque, sencillame­nte, no da abasto. Hay que conocer muy bien las tripas de la administra­ción para poder marcar unos procesos eficaces y eficientes. —¿Cómo valora los Perte anunciados hasta ahora?

—Este es uno de los grandes agujeros negros. Lo que sabemos de los Perte es que deben ser algo concreto pero genérico y que debería haber concurrenc­ia para determinar quién entra. Además, que deben de ser aprobados por el Consejo de Ministros. Sin embargo, cuando nos hemos enterado de los Perte, ya venían con nombre y apellidos ¡Y eso no puede ser! Los ministros van por ahí de ‘roadshow’ anunciando Perte a lo largo y a lo ancho del territorio, pero lo grave es que no se sabe cuáles va a elegir el Gobierno ni cuál va a ser su procedimie­nto. —¿Cree que las reformas que plantea el Gobierno a los agentes sociales en materia de pensiones y del mercado de trabajo van en línea con lo marcado por Bruselas?

—En el mercado laboral, Europa ha dicho bien claro que no se debe echar para atrás lo que se ha conseguido en términos de flexibilid­ad. Es cierto que España debe resolver el problema de los contratos, pero la ministra Díaz lo que propone es prohibir y eso no lleva a ninguna parte. Y respecto al ministro Escrivá, dudo mucho que logre hacer la reforma por partes que planea. Hasta ahora solo ha planteado medidas contrarias a la sostenibil­idad. Y el tiempo del doble discurso se acaba.

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