De «el problema eres tú» al problema soy yo
«El problema eres tú, Pedro», le espetó Susana Díaz, sin la menor compasión, a Pedro Sánchez en aquellas primarias que perdió en su intento de hacerse con la Secretaría General de su partido. Sabido es que luego ella plegó velas y se arrodilló arrepentida ante quien nunca le iba a perdonar. Es verdad que Sánchez sigue siendo un problema, no solo para su partido, al que tiene bajo mínimos históricos, sino para toda una nación a la que lleva por derroteros insospechados, pero es la propia Susana Díaz, con su doblez y versatibilidad en los encuentros y desencuentros con Sánchez, la que ha propiciado su definitiva derrota ante él, por mano interpuesta, al no poder recuperar suficiente confianza en sus antiguos compañeros, que han podido constatar la inconsistencia y falsedad de su mensaje. Ella misma ha sido su problema. Una vez más, se hace realidad el dicho: «Entre todos la mataron y ella sola se murió». para la que fue elegido, se haya enrolado en una nueva aventura? ¿Qué es de aquella promesa de dedicarse en cuerpo y alma a todos los sevillanos durante su mandato? ¿Se puede hacer campaña como candidato a los inminentes comicios de la Junta y seguir centrado en las necesidades de su ciudad? Evidentemente no es lo más adecuado. Tendrá que dar a conocer su proyecto por todas las regiones de la enorme geografía andaluza y terminará descuidando la ciudad que confió mayoritariamente en su gestión anterior. Es razonable que aspire a prosperar, pero sin traicionar al electorado que depositó su confianza en él. Evidentemente el partido tiene que apostar por los mejores, pero de aquellos que no tengan comprometida previamente su labor con los ciudadanos.
Es legítima su decisión, pero no loable. El bien común siempre debe prevalecer frente al turbulento territorio de las pasiones e intereses humanos. Y si llegase a San Telmo, ¿qué le impediría ocupar un ministerio si se le ofreciera? Espero que los andaluces sepan actuar en consecuencia.