«A VECES, ESA INCLUSIÓN RESPONDE A LO QUE LOS EJECUTIVOS BLANCOS CREEN QUE LA GENTE QUIERE»
rías, mandan los afroamericanos (el 14% de la población), el único grupo justamente representado, que acaparan el 18% de los personajes. Lejos quedan los hispanos (18,8%) que apenas logran un 5,5% de cuota de pantalla. Los nativos americanos son los grandes olvidados de la programación, con menos de un 1% de presencia. Algo mejorará esta cifra en agosto gracias a ‘Reservation Dogs’ de Taika Waititi.
Más allá de las cifras, el debate no está en cuánto aparecen estas minorías, sino cómo. «Hay dos líneas muy claras: una en la que estos intérpretes ocupan papeles de relevancia, al margen de su etnia; y otra más política, muy reivindicativa. Lo hemos visto en series como ‘Lovecraft Country’ y la futura ‘Women of the Movement’, que narra la historia de Mamie Till-Mobley. Pero esa reivindicación de sentirse apartado de la sociedad blanca (dominante), de no ver reflejados sus hitos, de sentir que deben estar justificándose siempre, aparece también en títulos más asociados al entretenimiento como ‘Tom Swift’, ‘All American Homecoming’ y ‘Naomi’», plantea la directiva de Movistar+. «El incremento de medios de comunicación que prestan atención a todas estas cuestiones raciales es resultado, por un lado, de la lucha para que haya más guionistas, productores y actores de color y haya contenidos alternativos. Pero también es fruto de la reacción de muchas compañías dirigidas por blancos que quieren mostrar que se preocupan por estas cuestiones», explica Matthew Windust Hughey, sociólogo de la Universidad de Connecticut experto en racismo y medios de comunicación. «Muchas empresas se han unido a lo que yo llamo ‘black-washing’: crear contenidos relacionados con afroamericanos en un momento en el que preocupa el racismo, sobre todo gracias al ‘Black Lives Matter’ y las protestas contra la violencia policial contra latinos y afroamericanos. Esta ‘fachada racial’ no es auténtica, y responde a lo que los ejecutivos de raza blanca creen que la gente quiere ver. A veces, este contenido es ofensivo, como si la gente se fuera a sentir mejor si hay una versión negra de ‘Aquellos maravillosos años’», denuncia.
En este sentido, lo cierto es que la televisión americana siempre ha demostrado una agilidad innata para adaptarse a los gustos de su público. En otoño, además, habrá numerosas producciones que hablen «del valor de la amistad, la familia y el mensaje de apoyarnos los unos a los otros», detalla Sourdeau. El año que Trump llegó al poder, las cadenas se animaron a dar luz verde a un buen puñado de series bélicas. Y llevamos ya casi un lustro viendo a cada vez más mujeres al mando, dentro y fuera de la pantalla.
Pero este fenómeno no ocurre solo en Estados Unidos. «En la televisión británica está sucediendo algo similar», señala Sonia Salas. El último ejemplo es el de Ana Bolena, que casi 500 años después de su muerte vuelve a estar en boca de todo el mundo por la miniserie de tres capítulos que lleva su nombre y que se emitió hace pocos días en Channel 5. La polémica se debe a que la actriz que encarna a la Reina de Inglaterra decapitada en 1536 es negra. Jodie TurnerSmith, intérprete estadounidense nacida en Inglaterra de padres jamaicanos, fue elegida por los productores bajo lo que se conoce en inglés como ‘identity-conscious casting’, es decir, unas pruebas de selección en las que el color de piel de una persona no influye a la hora de obtener el papel, que se gana por valoraciones estrictamente interpretativas incluso si hay inexactitudes históricas, como en este caso.
La serie, escrita por Eve Hedderwick Turner y dirigida por Lynsey Miller, ha recibido duras críticas, sobre todo en las redes sociales, pero también por parte de políticos y profesionales de la industria, que aseguran que la supuesta diversidad es al final una