La OTAN se inquieta por la relación militar entre Rusia y China
▶Pekín «expande su arsenal nuclear y hace maniobras con Rusia incluso en la región euroatlántica» ▶Los aliados deciden estrechar la cooperación con socios del Pacífico como Australia, Japón y Corea del Sur
Los líderes de los 30 países miembros de la OTAN acordaron prepararse para afrontar las amenazas procedentes de «regímenes autoritarios» como Rusia o China, junto a los peligros más amplios que representan los ciberataques, actividades hostiles en el espacio y el terrorismo internacional. Esta ha sido la cumbre del regreso a la normalidad en las relaciones con el principal país aliado, Estados Unidos, con la presencia del demócrata Joe Biden, que en su comparecencia ante los periodistas no solo defendió con entusiasmo los valores atlánticos, sino que criticó abiertamente la gestión de su predecesor , Donald Trump, sin la menor delicadeza. En esta cumbre se ha definido un panorama mundial completamente nuevo en el que la OTAN pretende seguir siendo el mecanismo de defensa colectiva por excelencia.
La declaración final menciona que «las acciones agresivas de Rusia constituyen una amenaza para la seguridad euroatlántica. El terrorismo en todas sus formas y manifestaciones sigue siendo una amenaza persistente para todos nosotros. Los actores estatales y no estatales desafían las reglas del orden internacional y buscan socavar la democracia en todo el mundo. La inestabilidad más allá de nuestras fronteras también está contribuyendo a la migración irregular y la trata de personas. La creciente influencia de China y las políticas internacionales pueden presentar desafíos que debemos abordar juntos como OTAN con el fin de defender los intereses de seguridad de la Alianza».
El secretario general de la OTAN precisó en la rueda de prensa final que había constatado la existencia de «una fuerte convergencia entre los aliados» frente a las amenazas para la seguridad que representa el crecimiento de China como potencia militar. «China tiene una creciente influencia en política internacional en puntos donde desafía la seguridad de los aliados y estamos preocupados por la política coercitiva de Pekin, que expande su arsenal nuclear con elementos sofisticados y hace maniobras con Rusia incluso en zona euroatlántica o en el Ártico», algo que inquieta a Estados Unidos sobre todo.
Los aliados han decidido estrechar los mecanismos de cooperación con socios tradicionales en la región de Asia-Pacífico como Australia, Japón o Corea, lo que es también una señal inequívoca del aumento del interés por la situación en esa región tan alejada de los escenarios tradicionales de actuación de la OTAN.
En único elemento de discordancia en este enfoque hacia China lo ha planteado Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, sigue pensando que «hay que abarcar las relaciones con China de forma más amplia como hemos hecho hasta ahora. Es un competidor económico que se ha comprometido a respetare las reglas y esperamos que lo haga y también es una potencia con la que tenemos desacuerdos en cuanto a los valores». Pero el tratado de Washington en el que se basa la Alianza «se refiere al Atlántico Norte» mientras que «excepto Estados Unidos y Canadá ningún país aliado tiene elementos territoriales esenciales en el indo-pacífico».
No es del todo cierto, porque Francia tiene también territorios en el Pacífico, pero Macron quiere que la OTAN se centre «en sus misiones tradicionales» y ayude a la Unión Europea a construir su «independencia estratégica» dotándose de mecanismos propios