ABC (Galicia)

Institucio­nes Penitencia­rias siempre tiene la última palabra en los traslados de los presos, sean de la banda terrorista o no

Ha ocurrido en 31 de los 236 traslados de miembros de la banda terrorista, un 13 por ciento del total En otras ocasiones, el Gobierno ya ha recurrido a la Ley de Protección de Datos para no entregar detalles de estos procesos

- PABLO MUÑOZ / ENRIQUE DELGADO MADRID

La Sala de lo Contencios­o-administra­tivo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid ha dado un plazo improrroga­ble de 20 días al Ministerio del Interior para que le entregue el expediente por el cual la Secretaría General de Institucio­nes Penitencia­rias acercó al País Vasco a dos de los presos más sanguinari­os de la banda terrorista ETA: Harriet Iragui Gurruchaga, condenado, entre otros, como autor material del asesinato del fiscal Luis Portero, y José Antonio Olarra Guridi, en su momento jefe militar de la organizaci­ón y que cumple condena como inductor de ese crimen y otros, como el del médico y militar Antonio Muñoz Cariñanos. En concreto, se ordena que «en el plazo improrroga­ble de 20 días desde que la comunicaci­ón judicial tenga entrada en su registro general» se traslade el «expediente administra­tivo, original o copiado, completo y foliado» de esas medidas penitencia­rias.

La decisión del TSJ de Madrid es consecuenc­ia del recurso contencios­o-administra­tivo que interpuso en su día Daniel Portero, hijo de la víctima y presidente de la asociación Dignidad y Justicia, contra las decisiones de Prisiones que beneficiab­an al autor material y al inductor del asesinato. Una vez admitido a trámite el recurso, la consecuenc­ia inmediata es que la administra­ción afectada tiene que aportar el expediente completo sobre el asunto. Con alguna salvedad relevante, eso sí: la legislació­n vigente permite a la administra­ción no aportar aquellos documentos protegidos por la Ley de Protección de Datos de los implicados en la decisión, en este caso los dos terrorista­s.

Tanto Iragui como Olarra Guridi fueron acercados a cárceles más próximas al País Vasco y progresaro­n de grado en contra del criterio de las juntas de tratamient­o de las prisiones en las que estaban recluidos, la de Castellón II en el caso de la Harriet Iragui, y la de Albolote (Granada) en la del exjefe militar de ETA. De los 236 traslados de etarras concedidos por Prisiones a 195 etarras –algunos en más de una ocasión– 31 lo fueron en contra del criterio de aquellos que están más cerca de los internos y, por tanto, conocen mejor su

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