Netanyahu
▶ La nueva titular de Interior ha sido la musa de la derecha nacionalista, hasta el punto de que Erdogan, el presidente turco, la comparó con Hitler. Ahora recibe amenazas por formar parte del gabinete que jubiló a Benjamin Durante una campaña electoral s
rde en el infierno», rezaba uno de los muchos mensajes amenazantes recibidos por Ayelet Shaked hace un mes, tras anunciar que se sumaba al gobierno del cambio en Israel. Las amenazas e insultos le llegaban de sus propios votantes de la extrema derecha, que se sintieron traicionados por su decisión de apoyar a Naftali Bennett en la coalición opositora que ha apartado del poder a Benjamín Netanyahu y donde hay espacio para partidos de centro, izquierda y hasta para los islamistas, toda una línea roja que ella misma se había encargado de levantar a lo largo de su carrera.
Skahed y Bennett son pareja política en Israel desde 2010. La nueva ministra de Interior, que se ocupará de Justicia dentro de dos años en el gobierno rotatorio pactado, es considerada «la mujer más fuerte de la política israelí», según la definió el diario ‘Haaretz’. El nuevo gobierno cuenta con nueve mujeres, cifra récord en el Estado judío, y Shaked es la auténtica sombra del nuevo primer ministro, con quien trabaja desde que coincidieron en el Likud a las órdenes de un Netanyahu que por entonces estaba en la oposición.
Shaked, de 45 años, es natural de Tel Aviv, madre de dos hijos, ingeniera informática y esposa de un piloto de cazas. Su nombre comenzó a sonar en 2014, cuando colgó en Facebook un artículo de un activista colono ya fallecido que describía a todos los palestinos como «enemigos»,
Allamaba «serpientes» a los jóvenes árabes que buscaban el «martirio» en ataques a israelíes y decía que sus madres deberían «ir al infierno» con ellos. La oleada de protestas empujó a Shaked a retirar el post, pero en la red todo queda grabado y cuando un año después fue nombrada ministra de Justicia, la historia saltó a los titulares. Un día antes del nombramiento concedió una entrevista a ‘The New York Times’ en la que aseguró que aquello «fue un error». Desde Turquía, Recep Tayyip Erdogan la comparó con Hitler por ese comentario.
Cuando fue nombrada ministra con 39 años, el político laborista Nachman Shai señaló que «darle a ella este ministerio es como dar el servicio de bomberos a un pirómano». Su irrupción también generó comentarios sexistas debido a su belleza.
En el baile de elecciones que ha vivido Israel en los últimos dos años, Shaked no dudó en vestirse de actriz por un día para grabar un anuncio de un perfume con el objetivo de ganar los votos del electorado ultranacionalista. La fragancia se llamaba ‘Fascismo’ y, mientras se rociaba ante las cámaras, la política decía: «Tiene aroma a democracia». Consiguió su objetivo y el anuncio se hizo viral en redes sociales. Su partido lo defendió como «pura ironía», pero desde Merez, partido de izquierda que ahora forma parte de la coalición, lamentaron que «ataques a los tribunales, ocupación violenta, incitar contra los ciudadanos árabes de Israel… eso es a lo que Shaked llama democracia, ¿qué será para ella el fascismo?».
El lunes, tras jurar su cargo como nueva ministra de Interior, Shaked declaró que uno de los objetivos que persigue a corto plazo es devolver a los solicitantes de asilo a sus países de origen o presionarles para que se vayan a un tercer país y abandonen Israel. La dureza de su discurso, sin embargo, no consuela ya a quienes la votaban porque se sienten estafados.