Los presos recibirán el indulto estando de permiso por San Juan
▶ Tras la firma del Rey y la publicación en el BOE, el Supremo recalculará las penas Los nueve líderes que cumplen condena por sedición saldrán de prisión los próximos días gracias a los permisos ordinarios
Los presos del ‘procés’ leerán en el BOE la publicación de sus indultos estando ya fuera de prisión. Los nueve líderes secesionistas tienen solicitados –y aprobados– permisos ordinarios para pasar el día de San Juan con sus familias. Por tanto, si la tramitación de los indultos fuese rápida, podrían tener que volver a prisión solo para firmar su excarcelación y recoger sus enseres personales.
Lo explicó ayer la consejera de Justicia de la Generalitat, Lourdes Ciuró, en un encuentro con periodistas, al que no fue invitado ABC. Algunos de los presos saldrán ya de permiso mañana a mediodía y otros ya el mismo jueves, día de San Juan. Según explicó Ciuró, sin entrar al detalle de los permisos de cada preso, algunos saldrán de prisión un día; otros enlazarán varios consecutivos, y habrá incluso quien tiene previsto encadenarlos para no volver a prisión hasta el domingo. Son parte de los 36 días de permiso ordinario que disponen al año los presos en segundo grado, como es el caso de los nueve líderes secesionistas.
Las condiciones en las que quedará cada preso dependerán en gran medida de la individualización que el Gobierno haga de sus respectivas condenas, que oscilan desde los nueve años de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, condenados solo por sedición, a los 13 años del exvicepresidente Oriol Junqueras. Como ya informó ABC, el indulto solo puede ser parcial porque la propia ley que lo regula prohibe conmutar la totalidad de la pena cuando el informe del tribunal sentenciador es contrario a la concesión de la medida de gracia. A partir de ahí el margen del Ejecutivo es enorme y, aun tratándose de un indulto parcial, el recorte de penas puede ser tan grande que deje que lo que resta de cumplimiento en algo simbólico. En este caso, además, la condena de los líderes del 1-O no castigó de forma separada los delitos de sedición y malversación, lo que habría llevado a penas mayores, como recordó la Fiscalía en sus escritos contra los indultos, pues la malversación había superado los 250.000 euros y si no hubiera quedado absorbida por la sedición habría sido castigada con penas más elevadas.
No obstante, lo que se espera es que el perdón de la pena influya solo en la sedición, que es el delito que el Gobierno quiere reformar, y no afecte tampoco a la inhabilitación a la que fueron condenados todos los presos durante el tiempo de cumplimiento de las penas. Parece que en este punto el Gobierno sí atenderá el criterio de Supremo y Fiscalía de que «condonar la pena de inhabilitación, cuando la función pública ha sido el vehículo necesario para la comisión del delito, sería una decisión tan injustificada como arbitraria» y se vería como una auténtica «burla». Perdonar esa inhabilitación sería incompatible con la condición que el Ejecutivo quiere poner a sus propios indultos: dejarlos sin efecto si cualquiera de ellos vuelve a delinquir.
Una vez aprobadas las medidas de gracia por parte del Consejo de Ministros tienen que ser firmados por el Rey –lo que se haría de forma inmediata– y publicados en el Boletín Oficial del Estado, lo que suele producirse a las 24 ó 48 horas de la aprobación. Después, el Tribunal Supremo (TS) debe hacer, de oficio o a instancia de las partes, una nueva liquidación de la condena y enviarla a los jueces de vigilancia penitenciaria, que a su vez, lo comunicarán a las cárceles respectivas para que excarcelen a los presos. En esos autos de la Sala Segunda del Supremo se verá a qué parte de la condena afecta la pena conmutada así como lo que queda de cumplimiento, pues de ese tiempo hay que descontar también el que cada uno de ellos ha estado en prisión preventiva. Los «Jordis», Oriol Junqueras o Joaquim Forn, por ejemplo, lo han estado desde el inicio de la causa –noviembre de 2017– casi de forma ininterrumpida, a diferencia de otros de los condenados, como Turull o Rull, que permanecieron en libertad unos meses antes de ser procesados por el juez Llarena. Todos ellos han disfrutado de terceros grados que luego fueron revocados.