Ferraz anticipa el Comité Federal como presión para que Díaz acelere su marcha
▶ Sus detractores creen que quiere aguantar hasta ver si Espadas es capaz de gobernar
La Comisión Ejecutiva del PSOE convocó ayer la reunión ordinaria del Comité Federal del PSOE, que tendrá lugar el sábado 3 de julio. En esa cita se aprobará formalmente la fecha y lugar de celebración del 40 Congreso del PSOE, que la dirección propuso fuese del 15 al 17 de octubre en Valencia, y su Ponencia Marco.
Este Comité Federal se va a celebrar dos semanas antes de la fecha prevista. Y esta decisión no es casual. La aprobación burocrática de la fecha del Congreso
es un mero trámite. La cuestión nuclear es que con el adelanto el PSOE gana margen de maniobra para intentar forzar ya la salida de Susana Díaz como secretaria general del PSOE andaluz. «Es una estrategia de presión», interpreta el socialismo andaluz.
Ni Ferraz ni Juan Espadas eran partidarios de una solución agresiva. Aunque la dirección federal insiste en que «hay margen» para forzar el relevo, lo cierto es que con la modificación estatutaria de 2017 la implantación de una gestora es algo más complejo porque requiere de la renuncia de la secretaria general. El artículo 14.2 de los estatutos sí permite a Ferraz intervenir en casos de indisciplina. Pero José Luis Ábalos alejó la pasada semana que estuviese aconteciendo ningún problema interno que lo justificase.
Ese margen al que se referían en el entorno de Sánchez no se encontraba en el articulado de los estatutos relativos a las gestoras. Una intervención así en la federación más importante del PSOE podría tener contraindicaciones en un partido en el que más de un 40% de los militantes que han votado no lo han hecho por Espadas. La solución que asoma, si Díaz no tira la toalla antes, es la aceleración de los plazos del congreso del socialismo andaluz para elegir nuevo líder. Y hacerlo lo más pronto posible cuando, inicialmente, se tendrá que celebrar en torno a noviembre.
En Ferraz creen que Díaz solo resiste para tener más fuerza negociadora a la hora de diseñar su futuro. La contundente victoria de Juan Espadas, alcalde de Sevilla, hizo imposible que Díaz intentase maniobrar para retener el poder orgánico. Su anuncio la misma noche de las primarias de que no se presentaría al cónclave interno y de que se ponía a disposición de Espadas fueron bien recibidos. Pero a partir de ahí la situación se ha enquistado. Díaz no pone reparos a los cambios que hace Espadas, pero tampoco se quiere ir ya.
En el núcleo duro de Espadas se malicia con la idea de que en realidad lo que pretende Susana Díaz es mantenerse en el cargo orgánico por si el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, decidiese adelantar las elecciones y el PSOE «tuviese un mal resultado», que le impidiera gobernar. En ese caso, la expresidenta andaluza podría argumentar que su candidatura no era el problema. Y podría intentar resistir. Pero si las primarias orgánicas –en las que se elige la dirección del partido, son antes de las urnas, Díaz tendrá que cumplir con su compromiso de no presentarse.