Demolición del 78
Parece ser que, de un tiempo a esta parte, en España es revolucionario (o incluso fascista) defender la Constitución, sus valores y principios. Esta semana de junio de 2021 quedará marcada en la historia como aquella en la cual el Gobierno de la nación indultó a los cabecillas del golpe de Estado del otoño de 2017 para poder sostenerse en el Parlamento. A no ser, claro está, que una nueva ley de Memoria Histórica se encargue de borrarlo de la memoria colectiva de la sociedad. Su Persona Pedrísima (el presidente del Gobierno) ha conseguido ascender un nivel más en la escalera de la ignominia, por la que viene transitando desde aquella moción de censura de 2018. Indultando a los sediciosos del ‘procés’ deja despejado el camino a los que quieran destruir la soberanía nacional y la unidad indisoluble de la nación (art. 2 CE), siempre que tengan un escaño con el que sostener a un Gobierno podrido de sanchismo, que es sinónimo de mentira. Es la demolición del espíritu del 78, de la Constitución. Por ello, hoy más que nunca es preciso gritar en las calles de España un sonoro ¡Viva la Constitución!, y hacerlo resonar en las próximas elecciones generales.
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