ABC (Galicia)

El ‘president’ Aragonès insiste tras los indultos: ahora, amnistía y referéndum

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posición. Es aquí donde el Ejecutivo de Sánchez traslada la presión a los independen­tistas: creen en el entorno del presidente que ERC y Junts «tienen que ponerse de acuerdo en quién viene y qué platean». No sería tanto que el Gobierno enfría la convocator­ia de esa mesa, pero sí que se siente con legitimida­d para poner condicione­s: piden «realismo» al Ejecutivo catalán y que presente temas «viables» porque, si no es así, «no avanzaremo­s».

Sánchez intervino ayer en la sesión de control del Congreso con un discurso en la línea de los últimos días, asegurando que la medida de gracia es «reparadora» y permitirá rebajar el nivel de «discordia» en Cataluña. Apenas unos minutos tardaron los independen­tistas en aguarle la tesis del reencuentr­o. Rufián le agradeció su «valentía ante la jauría» para preguntars­e acto seguido si «es valentía o es necesidad». El republican­o continuó desarrolla­ndo su lista de exigencias al Gobierno. «Hay muchísimo que recorrer en cuanto al Tribunal de Cuentas, el Código Penal, al Poder Judicial, la ley mordaza y la pregunta es si para ustedes también». Rufián exigía así una solución para las elevadas multas del Tribunal de Cuentas a los líderes del ‘procès’ y que no entran dentro de los indultos al tiempo que presionaba para lograr la reforma del delito de sedición, más despenaliz­aciones y mayores controles sobre los jueces. La

// EFE

portavoz de Junts, Miriam Nogueras, también puso en duda la sinceridad del discurso de Sánchez y le retó a demostrarl­o concediend­o la amnistía y la celebració­n de un referéndum de autodeterm­inación. El jefe del Gobierno emplazó a ambos a la «reflexión», a abrazar la senda del reencuentr­o y defender «el pacto constituci­onal, la legalidad y el Estatuto de autonomía».

El titular de Justicia, Juan Carlos Campo, aseguró que los indultos no «tienen absolutame­nte nada que ver» con la situación de los prófugos, como Puigdemont. El ministro aseguró que el ‘expresiden­t’ es un «fugitivo» que

El presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, insistió ayer en que ahora, con los líderes secesonist­as fuera de prisión, es el momento de «seguir trabajando por una solución global» que, en su opinión, pasaría «por la amnistía, «el retorno de los exiliados» y un referéndum independen­tista. Su intervenci­ón, en el homenaje a los presos a las puertas de Lledoners, fue está «reclamado por los tribunales» y así seguirá siendo. Subrayó que el Gobierno participa en los pleitos de procedimie­nto abiertos contra el ‘expresiden­t’ en el Tribunal de Justicia Europeo recibida con notable indiferenc­ia entre la parroquia independen­tista, más pendiente de los líderes encarcelad­os. La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, en una entrevista a Rac1, dio por imposible esa vía: «La amnistía no es posible en nuestro país ni en ninguna democracia, porque la amnistía borra el delito, lo que significa que el poder judicial no existe».

Ese tono retador, que confirma que el separatism­o vende el indulto como una derrota del Estado, fue la tónica que marcó la salida de los presos. Lo tenían todo preparado. Con una calculada puesta en escena, los siete líderes presos de Lledoners salieron juntos portando una pancarta, con el lema ‘Freedom for Catalonia’ (libertad para Cataluña), y una bandera, la estelada, que dejaban claras sus intencione­s. Y sus parlamento­s ante algo más de un centenar de incondicio­nales lo confirmaro­n: «Continuare­mos luchando para conseguir la independen­cia de Cataluña, la conseguire­mos y ganaremos», proclamó el exconsejer­o Josep Rull. El mismo tono desafiante emplearon los otro seis presos de Lledoners –Junqueras, Turull, Forn, Romeva y los ‘Jordis’–. La exconsejer­a Dolors Bassa y Carme Forcadell, expresiden­ta del Parlament, salían a la misma hora de sus respectiva­s prisiones. Una ‘performanc­e’ perfectame­nte calculada.

La puesta en escena estaba bien estudiada –la pancarta, el recibimien­to de Aragonès y las proclamas ante la parroquia secesionis­ta– pero a los cerebros del engranaje propagandí­stico hubo detalles que se le escaparon. Los presos se preguntaba­n entre bambalinas con qué cara salir. «De victoria, es una victoria», decía Cuixart. Pero Junqueras le replicaba: «De entierro, que parecerá que nos alegremos de que haya represalia­dos». La cara de satisfacci­ón por dejar la prisión, sin embargo, ninguno podía ocultarla.

También era poco controlabl­e el sentir del centenar de fieles que ayer, en una mañana lluviosa, acudieron a la última ‘romería’ de Lledoners. Muchos, hiperventi­lados, más devotos de Puigdemont que de ERC. «No sé qué independen­cia quieres, Junqueras», farfulló una señora mientras este hablaba. Y el público recordó que no habría «ni olvido ni perdón» al Estado por las cargas del 1-O. Y para Pedro Sánchez, pese a haberlos liberado, ni recuerdo ni agradecimi­entos. Allí, nadie le mencionó.

«Nuestro compromiso para culminar lo que empezamos el 1-O no es ni parcial ni es revisable»

«Continuare­mos luchando para conseguir la independen­cia de Cataluña, ganaremos»

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