La falta de consenso retrasa a otoño la modificación de las etiquetas de la DGT
▶ La reforma, prevista para julio, no se espera ahora al menos hasta septiembre
La reforma de las etiquetas medioambientales de los automóviles, prevista inicialmente para este julio, se retrasa ahora al menos hasta el próximo mes de septiembre. Así lo ha podido saber ABC de dos fuentes cercanas al grupo de trabajo que negocia la adaptación del etiquetado, que clasifica los vehículos en función de su eficiencia energética, su tecnología de propulsión y la normativa Euro que cumpla su motor de combustión, si lo tiene.
La actualización del etiquetado medioambiental se marcó como objetivo dentro del plan de impulso al sector de la automoción, aprobado en junio del año pasado. Sin embargo, las fuentes consultadas recuerdan que dicha actualización estaba vinculada a que se hiciera desde el consenso. Un consenso que, a día de hoy, aún no se ha podido alcanzar entre los distintos actores de la mesa de negociación.
Ambas fuentes coinciden en señalar el acuerdo entre partes como pieza necesaria para actualizar el sistema de clasificación, implantado en 2016, y que previsiblemente tendrá un papel protagonista en las futuras zonas de bajas emisiones que restringirán el tráfico en más de 150 ciudades de toda España desde 2023. Sin dicho consenso, dice una de las fuentes, «no habrá modificación». De aprobarse algún cambio, sus efectos no se aplicaría en los vehículos nuevos como poco hasta bien entrado 2022.
La semana pasada, Ismael Aznar, director general de calidad y evaluación ambiental del Ministerio de Transición Ecológica, aseguró en un seminario virtual convocado por la Asociación Española de Fabricantes de vehículos, Anfac, que hay margen para «afinar más» el actual sistema. «La etiqueta ECO incluye distintas tecnologías con niveles de emisiones distintos. Hay vehículos de distinta categoría Euro con una misma etiqueta. Hay que ver cómo se puede afinar más», aseguró. Aznar apostó también porque el etiquetado tenga en cuenta la reducción de gases de efecto invernadero. «Ese elemento no está bien resuelto todavía», ha explicado, si bien ha enmarcado sus apreciaciones «desde la perspectiva personal mía». Poco antes el director general de Tráfico,
Pere Navarro, había asegurado que «España no tiene un problema con el etiquetado ambiental», y abrió la puerta a realizar solo algunos ajustes. En la misma línea, el director general de Anfac, José López-Tafall, recordó en el citado seminario virtual que el Consejo de Ministros decidió que el sistema «funciona bien» y fijó la necesidad de realizar solo adaptaciones si surgen tecnologías nuevas. «El sistema funciona bien y se está consolidando», insistió López-Tafall, que pidió «no generar confusión en el consumidor, sobre todo en épocas de crisis. Una postura con la que también coincidió Alfonso Gil, presidente de la comisión de movilidad de la federación de municipios (FEMP).