Mila firmó una serie de cincuenta entrevistas titulada ‘Café con Mila Santana’ en ABC en 1989
Encarna Sánchez por ‘Aquí hay Tomate, ‘Crónicas Marcianas’ o ‘A tu lado’. En La Fábrica de la Tele encontró una segunda familia, le devolvió la alegría y le permitió una nueva vida. No era de pelotear a nadie ni tenía filtro, aunque sabía perdonar.
Hizo llorar a todas sus compañeras, que ayer le lloraron porque sabían que era única. Se hizo imprescindible en el plató y se atrevió con todos los realities. Milá se hizo el master completo en Mediaset.
Otra que está de luto es su amiga
Para la diseñadora fue su mejor embajadora, ya que le hizo vender más ropa que cualquier ‘top model’. Otro de los grandes éxitos de Mila fue desfilar en la pasarela Cibeles con 67 años. Solo alguien de su personalidad se podía atrever hacer algo así. Y aunque no estudió la carrera de periodismo, sus años de oficio le fueron reconocidos, y como no podía ser de otra forma se despidió de la profesión a lo grande, consiguiendo que Kiko Rivera, el pequeño del alma de su amiga Isabel Pantoja confesará sus secretos mejor guardados. Su entrevista en ‘Lecturas’ donde la fichó el gurú de la prensa rosa Luis Pliego, provocó un tsunami en Cantora que aún hoy sigue sin solucionarse.
A pesar de la distancia entre Ámsterdam y Madrid le gustaba ejercer y presumir de abuela de sus dos nietos pequeños. Mila se recuperó económicamente y se vengó de aquellos que le dieron la espalda cuando dejó de llevar el apellido Santana. Fue envidiada cuando fue famosa y querida cuando descarnaba a los famosos.
Encontró refugio en la fe en los últimos días de su vida. Según el padre Ángel sencargado de oficiar una pequeña misa en el tanatorio de la M30 ayer, se despidió rodeada de vírgenes y santos. Única, e insustituible, ya se nota su vacío. DEP