Si se te pasa el plazo del IRPF dile al inspector de Hacienda que no ponga piedras en tu camino
E confirma que no tiene límites. Su Sanchidad es capaz de indultar por malversación a los condenados del ‘procés’ sin que se le mueva un pelo o un gramo de maquillaje de la cara. (Cabe recordar que malversar es corrupción, pero con dinero público). Pero les da lo mismo a Su Persona y a la legión de asesores, pelotas, súbditos, súbditas y subvencionados. Y no te digo con los fondos europeos pendientes.
Lo dicho por José Luis Ábalos el pasado viernes es ‘pa no echar gota’. Se refiere a las actuaciones del Tribunal de Cuentas para recuperar el dinero malversado y malgastado, es decir, corrupto: «Ya sabíamos que todas estas causas, que no dejan de ser piedras en este camino, estaban ahí y nos corresponde ir desempedrando todo este camino», dijo Ábalos con ese tono que solo él domina como nadie.
Y digo yo: ¿qué será lo siguiente? Porque ya sabemos que la UGT de Andalucía no ha devuelto (ni va a devolver) un euro y que los de la coca y las fiestas, tampoco. Entonces, según el criterio de Ábalos, lo próximo puede ser desempedrar a los condenados
Spor los ERE y, ya puestos, organizar un ‘crowdfunding’ para sufragar los prostíbulos a los de la Faffe. Todo sea desempedrar las piedras del camino por la concordia, la reconciliación y el diálogo constitucional.
Puedo entender, en su endiosamiento, que perdone a los condenados con tal de mantenerse en el poder. Incluso que sea capaz de pagar la hipoteca etarra a etarra e indulto a indulto. Pero condonar los millones de euros malversados para ‘vender’ un golpe de Estado... no es por egocentrismo. Es por una desvergüenza sin límites.
PD: A modo de recordatorio: esta semana termina la campaña del IRPF. Que no se te olvide. Y el próximo mes toca el segundo trimestre del IVA. Y te habrán llegado ya los IBI y ‘el numerito’ del coche. Consejo: si se te pasa el plazo o pagas de menos, dile al inspector de Hacienda que, como sostiene la doctrina Ábalos, no ponga piedras en tu camino. Ya verás cómo te aplica el espíritu constitucional de concordia y reconciliación.