Cae una red que iba a distribuir 12 toneladas de hachís en Levante
▶ En la operación hay 65 detenidos y se han intevenido además 15 lanchas rápidas
Nuevo golpe a las organizaciones de tráfico de drogas. La Policía y la Guardia Civil han desarticulado, con la colaboración de la Agencia Tributaria, una organización criminal –en realidad, varias que colaboraban en las distintas operaciones–que pretendía distribuir por toda la zona del Levante 12 toneladas de hachís procedente de las costas africanas en narcolanchas. A lo largo de la investigación han sido detenidos 65 individuos.
Según informaron los dos Cuerpos policiales en un comunicado, las detenciones se realizaron en las provincias de Cádiz, Sevilla, Almería, Granada, Murcia, Alicante y Tarragona. Los arrestados esán acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública en su rama de tráfico de drogas y blanqueo de capitales.
Esta macrooperación es el resultado final de dos actuaciones policiales que se desarrollaron desde mayo del año pasado hasta ahora, denominadas Cristamar-Mago y Tarlo-Mago. Ambas fueron consecuencia de las sospechas de los investigadores de la Guardia
Civil, la Policía y la Agencia Tributaria sobre varios de los detenidos, que según se pudo comprobar mediante los correspondientes seguimientos mantenían encuentros para organizar la descarga, ocultación y distribución de grandes cantidades de hachís.
El resultado de las pesquisas ha sido la desarticulación de varias organizaciones, todas ellas diferenciadas y con jefes distintos, pero que que interactuaban entre sí para poder realizar las operaciones de tráfico de drogas. Además en las distintas fases se han intervenido hasta 12 toneladas de hachís, pero lo que es más importante por el golpe a la logística necesaria para estas actividades, también cinco embarcaciones de recreo, 15 lanchas rápidas, tres motos acuáticas, tres camiones, tres semirremolques y cuatro vehículos de alta gama.
También han sido intervenidos una furgoneta, seis vehículos de gama media, 89 teléfonos móviles, dos pistolas detonadoras, numeroso material electrónico e informático, documentación económica contable, casi 100.000 euros en efectivo y 203.000 rublos de Bielorrusia.
Estas organizaciones realizaban la entrada por mar de la droga por las provincias del Levante español y contaban con lugares para la ocultación de la droga –guarderías, en el argot– y su posterior distribución por los alrededores de esas.
Asimismo, los narcotraficantes compraban en Sevilla y Tarragona la logística necesaria para luego utilizarla en Almería y Murcia, estando esta descentralizada respecto a su zona de operaciones para dificultar la investigación policial.