El Hierro, la isla de las pateras fantasmas
▶Miles de inmigrantes pierden la vida en aguas de Canarias cada año, engullidos por las fuertes mareas ▶El viento arrastra a las embarcaciones a la zona, normalmente un punto de paso en el camino hacia Tenerife
La isla de El Hierro no es solo un lugar atravesado por el meridiano de Ptolomeo, también al suroeste de su litoral se dibuja esa línea invisible y mortífera en la que las pateras se pierden para siempre. Las mareas, los vientos, el trayecto pautado y la voracidad del Atlántico hace que en El Hierro sea el último punto al que agarrarse antes de desaparecer en la isla de las pateras fantasma.
El punto más occidental de España, el faro de La Orchilla, en el municipio de El Pinar, es donde se avista por última vez el sueño de decenas de migrantes de llegar a la esperada ‘Gran España’ para perderse entre las olas.
Cuando el SAR recibe un aviso de avistamiento de patera desde esta zona, se teme lo peor. No es un secreto que en esta región del Atlántico las vidas se esfuman tras días a la deriva, en embarcaciones donde conviven escasos supervivientes con compañeros de travesía que no tuvieron tanta suerte.
Así ocurrió el pasado mes de abril, cuando tres supervivientes, dos hombres y una mujer, lograron escapar de la tragedia que persigue a la isla más occidental de Canarias. Los tres supervivientes viajaban con 24 muertos, no tenían fuerzas ni para lanzarlos por la borda, aseguraron. Entre los fallecidos había dos niños. Nueve de ellos han sido enterrados en Tenerife, sin nombre, mientras 32 familias continúan buscando a sus familiares en esta tragedia.
Se sumaron a una desgracia reciente, ya que apenas unas semanas antes había sido localizado un cayuco con 23 ocupantes subsaharianos, cuatro de ellos fallecidos. Echando la vista atrás, esta delgada línea entre lo localizable y la vida perdida al sur de El Hierro se ha cobrado decenas de vidas desde 2006. La mayoría de los fallecidos fueron lanzados al mar por los supervivientes,
La ONG Caminando Fronteras estima que en 2020 murieron 1.851 personas en su intento de llegar a Canarias
a medida que la tragedia se iba apoderando de la patera que ocupaban, por respeto y por supervivencia.
La patrona de El Hierro, la Virgen de los Reyes, vela muchos muertos. Los profesionales del mar, pescadores y patrones de mercantes, suelen convertirse en ángeles de la guarda en esta situación, tal y como relata Antonio García (nombre ficticio), que ha preferido mantener el anonimato. En las pateras que se encuentran en su zona de faenada «los ocupantes suelen llegar en muy malas condiciones, o en tragedia», y es que desde la primera crisis de los cayucos de 2006 «nos hemos habituado a encontrar embarcaciones en las que la cosa está muy complicada».
Para él, lo peor no son los muertos que pueda llevar dentro la patera, sino los vivos, desesperados. «En los cayucos van niños y niñas, madres y bebés de meses, o pequeños de 3 o 4 años, que te miran sabiendo que eres su esperanza»; muchas veces «en mal estado y con la edad de tus hijos», rememora: «Es muy duro». Hay que estar «fuerte psicológicamente» para enfrentarse a una crisis de pateras si se faena en El Hierro. «Hay compañeros que realmente lo pasan muy mal».
Ellos, los que salen con sus barcos cada día, dan avisos cada vez que ven una embarcación de este tipo, sabiendo que lo más probable es que viaje con ellos la desgracia.
El Hierro es la isla más al sur si el punto de partida es Mauritania o más al sur de África. Desde allí y para evitar el control costero se separan unas 15-20 millas del litoral de África y a una velocidad de 8 o 10 nudos en 4 o 5 días están en Canarias. Sobre el mapa, la isla más cercana es El Hierro aunque «los patrones no buscan llegar a este lugar, enfilan rumbo a Tenerife porque el Teide les sirve de guía». El Hierro es solo a donde vienen a parar. Un mínimo desvío o si se quedan sin combustible o tienen fallo en el motor; «con poco que les pase terminan aquí», explica Antonio García,.
Las corrientes y el viento que predomina en esta zona les lleva a Cabo Verde y dirección al Caribe, pero antes de eso están las entrañas del Atlántico a las que sobrevivir. Si se les paran los motores, aunque suelen traer dos, uno de repuesto, se quedan sin combustible y la patera enfila rumbo oeste hacia América. «Cuando llegan aquí están perdidos», añade.
«Si te pierdes en El Hierro, desapareces», lamenta García,. Al sur y oeste hay pescadores de las islas, el avión hace búsquedas cuando tiene algún