ABC (Galicia)

La economía enfila un viaje de recuperaci­ón plagado de curvas

▶Pese al rebote, el ritmo de las reformas planteadas amenaza con perpetuar los niveles de deuda y déficit ▶El aumento de la inflación, aunque se prevé que sea transitori­o, perjudica a las exportacio­nes de las empresas Tasa anual del IPC

- CARLOS MANSO / JORGE AGUILAR MADRID General Subyacente

a economía española apunta ya signos de recuperaci­ón, aunque la herencia que deja la crisis del coronaviru­s presenta un horizonte donde las reformas prometidas a Bruselas para la recepción de los fondos europeos necesitan una mayor celeridad. Las últimas previsione­s de los organismos y los economista­s apuntan a que el PIB rebote con fuerza este 2021, frente al desplome del 10,8% que sufrió el pasado año. Sin embargo, otros nubarrones amenazan a medio plazo. Los elevados niveles de deuda y déficit podrían estancarse con la ‘barra libre’ de gasto del Gobierno que, lejos acometer las reformas necesarias para contenerlo, propone más medidas de despilfarr­o, apoyado también por los miles de millones procedente­s de Europa.

La última ‘bronca’ al Ejecutivo llegó esta misma semana desde la Airef. Su presidenta, Cristina Herrero, recriminó que la deuda corre peligro de perpetuars­e por encima del 100%, mientras el déficit en 2024 se situaría en más del 3,5% si no se acometen las actuacione­s necesarias, puntualiza­ndo que solo con el crecimient­o económico no basta. También el Banco de España en su última proyección señaló estos dos puntos como los lunares de la economía española. El supervisor bancario además rebajaba los ingresos esperados por los tributos que se aprobaron a principios de año o que aún estaban pendientes de hacerlo, como las tasas Google y Tobin.

El preacuerdo del Gobierno con los agentes sociales sobre la reforma de las pensiones es una de las claves que dificulta disminuir la deuda y el déficit. El pacto, que se pretende que entre en vigor a principios de 2022, elimina las dos grandes novedades introducid­as en

L2013: el factor de sostenibil­idad, que ajustaba las jubilacion­es a la esperanza de vida, y el índice de revaloriza­ción, que obligaba a revaloriza­r las nóminas un 0,25% si las cuentas no estaban equilibrad­as. «Sin estos dos elementos la sostenibil­idad queda un poco más en el aire», explica a ABC María Romero, responsabl­e de economía de Afi. Por su parte, el preacuerdo garantiza que las pensiones se revalorice­n con el IPC. «Los acuerdos que han salido bajo nuestro punto de vista son insuficien­tes para atajar la sostenibil­idad del sistema público de pensiones. Arrastra un déficit estructura­l de entre el 1,5 y el 2% y si no se acometen reformas de mayor calado seguirá creciendo», continúa la economista. Apunta, además, que de no acometerse ninguna nueva reforma, el déficit de las pensiones crecería el doble para 2050, un nivel «inabarcabl­e» para cualquier economía. Otro de los temas en el aire es si el Gobierno, como pretende la ministra de Trabajo, acometerá la subida del SMI este mismo año. Una medida que aunque estimularí­a el consumo, aumentaría el riesgo de desempleo, como alertó recienteme­nte el Banco de España. En plena fase de recuperaci­ón, el mercado laboral aún está alejado de los niveles anteriores a la pandemia, mientras que el paro está ‘camuflado’ por los ERTE, que siguen elevando el gasto público. Solo en el último año el empleo ha disminuido en 893.360 personas, en tanto que el desempleo repuntó en 847.197 personas. En total, en las oficinas del SEPE había registrada­s en junio 3.826.883 demandante­s (5.107 más que en mayo), la mayor cifra desde 2016 en un mes tradiciona­lmente favorable para el empleo. Por su parte, la reforma fiscal que pretende realizar 1,1 1,0 1,2 1,1 1,1 65,4

61,5 64,2 62,3 60,8 57,8 1,1 1,0 54,051,2

Límite

47,7 45,4

42,4 39,7 39,1 -35,8

Montero, está aparcada hasta nuevo aviso, y la ministra de Hacienda y Portavoz no descarta que los incremento­s fiscales no se realicen hasta 2023 y, en todo caso, asegura que los ingresos no serán suficiente­s para acabar con el déficit.

El crecimient­o desbocado de la inflación en mayo, del 2,7%, amenaza con convertirs­e en una nueva amenaza en caso de alargarse. Los economista­s consultado­s coinciden en que será «transitori­o», señalando que la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta ni la electricid­ad ni los alimentos no elaborados, se sitúa en un 0,2%. Así, prevén que los precios terminarán perdiendo fuelle, hasta cerrar el año en el 1,6%. Los niveles del mes de mayo en España fueron 60,5 53,3 un 0,7% superior a los de Europa. «Eso nos perjudica en la competitiv­idad, ya que necesitamo­s que los precios sean bajos para exportar», señala Antonio Pedraza, presidente de la comisión financiera del Consejo General de Economista­s (CGE).

En este contexto, expertos como el director del IEE (Instituto de Estudios Económicos), Gregorio Izquierdo, o el responsabl­e del área económica de FAES, Miguel Marín, coinciden en que el alza de los precios puede prolongars­e durante meses y tener efectos sobre el valor de las materias primas o los automóvile­s. Para Izquierdo detrás de este último fenómeno se encuentra «el cuello de botella» en los mercados descritos, porque las naciones productora­s «no han normalizad­o tanto la situación» y este tipo de activos se han convertido

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