ABC (Galicia)

Alba, de proscrito a indiscutib­le

▶El lateral, cuya relación con Luis Enrique ha tenido momentos de alta tensión, es ahora un fijo para el asturiano, siempre titular y pendiente de los más jóvenes

- ENRIQUE YUNTA LAS ROZAS LAS ROZAS

uando en estos días se buscan fotos de la selección española para ilustrar las páginas y las piezas de la web, siempre hay un denominado­r común: en todas está Jordi Alba partiéndos­e de risa, un buen indicador de la situación actual del defensa en el equipo, proscrito cuando llegó Luis Enrique en 2018 y ahora fundamenta­l hasta el punto de que ha disputado los 270 minutos de la fase de grupos (solo han hecho pleno como él Unai Simón, Laporte y Pedri). «Nunca se le ha visto tan feliz aquí», deslizan desde Las Rozas, encantados porque Alba, uno de los pocos veteranos en este equipo con alma de becario, se ha implicado al máximo y transmite la ilusión con la que España quiere contagiar a su gente. No es un líder natural, tan de moda ahora ese tema de las jerarquías, pero sí tiene una ascendenci­a indiscutib­le, capitán por la baja de Sergio Busquets ante Suecia y ante Polonia y también portador del brazalete en los últimos minutos del guateque contra Eslovaquia.

«Su alegría es contagiosa y está todo el día pendiente de los chavales», revelan de Jordi Alba, al que pocos imaginaban con tanto peso en esta Eurocopa. En el trayecto hasta el torneo, Luis Enrique le dio muchísima confianza a José Luis Gayà y parecía que el valenciani­sta partía con ventaja antes de la Euro para ser el titular en el flanco izquierdo. Sin embargo, Alba, intocable en el Barcelona y con una estrechísi­ma relación con Leo Messi, se presentó con unos indicadore­s óptimos a la concentrac­ión y convenció a Luis Enrique, con quien siempre tuvo sus tiranteces por mucho que ambos se han encargado de negar la mayor.

Porque cuando aterrizó Luis Enrique en el vestuario de España lo más llamativo de sus listas era la ausencia de Alba. En las dos primeras, el técnico prescindió del azulgrana, que estaba en un momento de forma notable, y no convencían en absoluto sus explicacio­nes. De hecho, Luis Enrique nunca aclaró esa decisión, abrazado al discurso facilón aquel de «yo no hablo de los que no están». Todo el mundo interpretó, sin tener que darle demasiadas vueltas, que Luis Enrique no llamaba a Alba por las diferencia­s que arrastraba­n de la época en la que coincidier­on en el Barcelona (tres temporadas), una tensión que, cuentan, se acentúo después del 4-0 entre el PSG y el Barça de Champions que terminó con aquella brutal remontada catalana en el Camp Nou (6-1). A partir de ahí, el carrilero perdió peso y dejó de participar en los encuentros importante­s de la fase final

Cdel curso, liberado cuando hubo cambio de jefe y Ernesto Valverde asumió el control. «Seguro que me va mejor que con Luis Enrique. No he tenido los minutos que tenía, pero espero que ahora me vaya mejor», deslizó Alba.

Antes de la Eurocopa, daba la sensación de que Gayà partía con clara ventaja sobre él para ser el lateral izquierdo titular de España

J. ASPRÓN

Dani Olmo pasó su adolescenc­ia en Croacia. De los 16 a los 21 jugó en el Dinamo Zagreb tras dejar la cantera del Barça para iniciar una aventura inédita. De aquella etapa guarda magníficos recuerdos y un extraordin­ario dominio del croata. Su soltura al responder en ese idioma dejó alucinados a quienes acudieron ayer a su comparecen­cia ante los medios en el campo base de la selección en Las Rozas.

El extremo, que también se maneja en inglés y avanza con el alemán, reconoció que tuvo opciones de nacionaliz­arse, pero que lo descartó para cumplir un sueño: « Siempre agradecí ese interés, pero mi sueño era jugar con la selección. Estoy donde siempre he querido estar».

Olmo asegura que Luis Enrique no le ha pedido opinión sobre los croatas, algo sorprenden­te si se tiene en cuenta que el catalán ha jugado con muchos

El problema para Alba es que Luis Enrique, después del trastazo del Mundial de Rusia, fue nombrado selecciona­dor y las palabras del pasado jugaron en su contra. Fue llamado a filas a la tercera, pero volvió a desaparece­r del rade ellos: «No me ha preguntado nada. Él conoce bien a la selección croata, pero si me comenta algo le diré mi opinión. El extremo vivió en Croacia el subcampeon­ato de la selección ajedrezada en el Mundial de Rusia, y admite que lo vivió como uno más: «Lo celebraron como si hubieran ganado. Fue increíble, me sentí parte de ello porque les tengo un cariño especial».

Dani Olmo, titular en los dos primeros partidos, se quedó en el banquillo ante Eslovaquia, justo en el encuentro donde cambió la suerte de España. Su presencia en el once ante Croacia está en duda: «Uno siempre quiere jugar, pero el míster decide. Todos nos sentimos importante­s y eso será la clave del éxito».

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// AFP

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