Sin fecha para ver el interior de Meirás tras la apertura del jardín
▶ Tras casi siete meses en manos del Estado, el exterior del pazo abrirá al público el jueves
Zahira pertenece al 1% de jóvenes tutelados que estudia en la universidad. Y no es fácil: «Es una presión constante, aunque estés formándote, tienes que buscar trabajo», explica. «Esto es porque la universidad requiere dinero para la residencia, comer, desplazarse… si no hay un sustento laboral, a partir de los 21 no pueden sobrevivir» explica Carlos Rosón. Si un expediente es muy bueno, se puede aumentar el programa de ayudas hasta los 25 años, pero son casos excepcionales. «Se incide mucho en la FP, porque son formaciones más rápidas y hay demanda en el mercado» explica Rey.
El programa Mentor, encargado de supervisar el abrupto paso a la vida laboral, ayudó a 560 jóvenes este año. Es un programa de «financiación creciente», explica Rey, desde que se fundó en 1998. Cuenta anualmente con 1,7 millones de euros. Es un programa de referencia en España, asegura, y el compromiso de la Xunta es mayor que en otras comunidades «donde a los 18, te quedas solo», completa Rosón.
La vida de los menores tutelados no es sencilla. «Cargan con una infancia difícil», relata Pilar, pero llevan una vida completamente integrada y encuentran en los pisos tutelados «una familia, aunque no tenga lazos de sangre». La campaña ‘Non nos xulgues’ quiere terminar con la visión errónea y estigmatizada que se tiene de ellos: «son jóvenes que tienen los mismos derechos y obligaciones que el resto, pero que también merecen las mismas oportunidades».
Alguna celebración, muchas fotos y firma de documentos. Los jardines del Pazo de Meirás abrirán a partir de este jueves, día 1 de julio, al público siete meses después de que la antigua residencia estival de Franco pasase a manos del Estado. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, visitó ayer las instalaciones en el acto de firma del protocolo general de coordinación temporal de actuaciones entre las diferentes instituciones que confirman, así, la reapertura de los exteriores de Meirás. Los visitantes solo podrán ver los jardines. No hay noticias de una posible reapertura a los visitantes del interior de un pazo que durante más de 80 años perteneció a la familia Franco. Tampoco la vicepresidenta y ministra de Memoria Democrática se refirió a ello ayer en el acto, ni dio declaraciones posteriores ante los medios.
A la firma del protocolo acudieron representantes de varias administraciones. Entre ellos, el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, el presidente de la Diputación coruñesa, así como la alcaldesa de La Coruña y el de Sada. Sí habló el titular de la cartera de Cultura de la Xunta sobre la posible reapertura «de las torres de Meirás». No hubo fechas, pero aseguró el «firme compromiso» del Ejecutivo gallego para que se lleve a cabo. Así lo aseguró poniendo como ejemplo a Emilia Pardo Bazán, una de las figuras más ligadas a Meirás.
Habló también Rodríguez sobre la posible ampliación de la declaración BIC. Aseguró, sin embargo, que Xunta y Gobierno continúan en diálogo para poder llevarla a cabo.
Sea como fuere, las visitas, de forma oficial, comenzarán el primero de julio, pero para las instituciones. La asistencia para los primeros días de la reapertura de los exteriores del Pazo ya están reservadas a las asociaciones de memoria histórica. El público general podrá empezar a visitar las instalaciones abiertas por el Estado a partir del próximo día 4, domingo. El sistema para poder acceder a los exteriores del pazo será a través de cita previa, según especificó el concello de Sada, también para controlar los aforos. En principio, habrá una persona que hará de guía turística para los visitantes interesados. Carmen Calvo aseguró que es «un nuevo paso»: «Este es el lugar donde
Carmen Calvo
Vicepresidenta del Gobierno muchos españoles vendrán a encontrar el relato de lo acontecido», asumió ayer la ministra en Sada. «Aquí queda mucho trabajo por hacer», reafirmó.
«¡Menos foto, más memoria!». Esas fueron las primeras palabras que escuchó la ministra Calvo cuando bajó de su coche tras su llegada a la entrada del pazo. No todo fueron halagos y buenas palabras para la visita del Gobierno a Sada. Varios manifestantes se reunieron para afearle a la vicepresidenta el acto que iba a tener lugar. Al escucharlo, la ministra se encaminó hacia ellos. En tono suave, tal y como acostumbra, explicó la postura del Gobierno, mientras varias de las personas que se agolpaban con pancartas le reclamaban la devolución de Meirás al pueblo. Pero Calvo prefirió darles su opinión, y la de todo su Gobierno. Escuchó lo que tenían que decirle y, posteriormente, les agradeció «su lucha», algo que «ha facilitado» al Estado todos los pasos dados hasta el momento. Pero no se quedó ahí. También les enumeró, a modo de recordatorio, todos los «pasos» que el Ejecutivo central dio hasta el momento, como «la exhumación del dictador», subrayó. Reconoció, no obstante, que aun «queda mucho por hacer». Unas palabras que no parecían terminar de convencer a los manifestantes que insistieron en la necesidad de terminar con «todo lo que quede de la dictadura».
«Muchos españoles vendrán a recordar el relato de lo acontecido»