Feijóo carga contra el «anacronismo» de los rupturistas y pide una «cogobernanza leal»
▶ Reivindica que «Galicia se está levantando», al imponer las Medallas Castelao 2021
«Nos estamos levantando». Alberto Núñez Feijóo miró ayer al presente y, especialmente, al futuro con optimismo, en la entrega de las Medallas Castelao 2021. «La negra sombra cede», proclamó el presidente de la Xunta, evocando a Rosalía de Castro, sin olvidar que el «rexurdimento» (resurgimiento) al que se refirió en más de una ocasión en su discurso, que cerró el acto, no es «pleno», por las más de 2.400 vidas que lleva arrebatadas el Covid y los «dramas empresariales y laborales» que ha causado el virus. En un tramo más ‘político’ de su discurso, Feijóo enarboló «valores cívicos y políticos» como claves en la recuperación, impulsando «intensas relaciones de cooperación» y «huyendo de anacrónicos postulados que propugnan territorios confinados en ilusorias independencias». Abogó por «comunidades unidas por fuertes lazos de cooperación», donde «no tienen cabida exclusiones ni rupturas». Y plasmó su convicción de que «una cogobernanza leal y no esporádica es la mejor receta» frente a la crisis.
«Que nadie vea triunfalismo donde solo hay constatación de que, poco a poco, igual que alguien que se recupera, después de una dura convalecencia, Galicia se está levantando», advirtió Feijóo. Galicia se yergue y celebra actos como la entrega de las medallas que recuerdan a uno de sus paisanos más ilustres, para distinguir a un ramillete de personas, una suerte de «selección gallega». De la periodista Esther Eiros destacó que ha llevado «siempre a su tierra natal en su mochila», al frente del programa ‘Gente viajera’ (Onda Cero); de Santiago Pemán ensalzó a quien fue el «padre del tiempo autonómico»; «un hombre culto», definió al profesor Xosé Luis Saco Cid; de Manuel Vila puso en valor que «contribuyó al acercamiento del pueblo gitano»; y al hablar del Centro Superior de Hostelería de Galicia no solo apuntó su condición de «referencia en Europa», sino que aprovechó para recordar que el galardón sirve de «homenaje a un sector profundamente castigado por la pandemia», pero que «pese a todo, respondió con responsabilidad».
De la responsabilidad de los sectores más golpeados al comportamiento de la sociedad, pues «sobre todo brilló un galleguismo cívico», acompasado al trabajo de los profesionales y el desempeño de las instituciones, alabó Feijóo. El pueblo, incidió, «respondió con el arma del ‘sentidiño’». Que «no debemos guardarla, tiene que estar siempre a punto», dado que «nos situamos en una transición hacia una etapa» en la que «Galicia vuelve a ser un país de cercanías», «después de una negra sombra muy larga». «Empezamos a ver la luz al final del túnel», subrayó Feijóo.
Toca recuperar un «vocabulario perdido» después de un período donde lo «más duro» fue «incorporar al vocabulario cotidiano expresiones que no forman parte de la manera de ser» de los gallegos, como «alejar, confinar y cerrar». Galicia, por el contrario, es «sinónimo de acercar, liberar y abrir». Si la «peripecia» como pueblo consistió en «superar distancias, romper confinamientos y superar barreras que nos limitaban», ya fueran geográficas o psicológicas, toca hacerlo de nuevo, ahora que se va ganando la batalla al virus. Con el impulso de un «acontecimiento que resuena en todas las épocas y culturas», que no es otro que el Xacobeo. Un Año Santo que «simboliza el triunfo sobre el mundo de sombras en el que estuvimos sumidos estos últimos y largos meses». El «contrapunto al confinamiento de personas, países y comunidades», el aperturismo frente a una pandemia que «supuso un ataque directo a la esencia de la galleguidad». El Covid «nos obligó a ser como no queremos ser, a vivir como no queremos vivir y a estar como no queremos estar».
«También yo temí que las secuelas de la crisis supusieran un retroceso sensible en los logros conseguidos», admitió Feijóo en su alocución. Ante un «reto descomunal», el deseo era despertar de la pesadilla con «vigor renovado». Y Galicia, que celebra este año las cuatro décadas de su Estatuto de Autonomía, se apresta a hacerlo con el faro del Xacobeo. Parafraseando a Castelao, «en esta tarea hay sitio para todos».