Las fechas
El juez sitúa el inicio de Kitchen en julio de 2013, pero con posibilidad de que antes hubiese maniobras para proteger al extesorero Luis Bárcenas frente al caso Gürtel, previas al hallazgo de sus fondos en Suiza. Cospedal niega tanto el antes como el después.
El extesorero viene declarando que tenía dos audios comprometedores de Mariano Rajoy y Javier Arenas que eran el botín de la Kitchen, pero con diferentes versiones, matices y contradicciones. Cospedal está convencida de que todo es mentira y niega que el PP estuviese interesado en lo que pudiera tener.
Para los investigadores, el centro nuclear de la trama era el Ministerio del Interior –el exministro, su número dos y el DAO están imputados– pero falta esclarecer si el origen estaba en el PP. Para Cospedal, Kitchen «no tiene nada que ver» con el partido.
Las agendas de Villarejo, como los audios, contienen referencias al supuesto conocimiento de Cospedal, a la que sitúa como interlocutora con Rajoy en la Kitchen. Ella reconoce «tres o cuatro» citas con él, pero por su interés en saber de dónde procedían unas filtraciones. Nada sobre Bárcenas.
De Kitchen, eso sí lo aseguró, no le habló. Como tampoco lo hizo el comisario de su confianza Andrés Gómez Gordo, una de las piedras angulares de su imputación. Él fue quien avaló la captación del principal confidente de la trama, el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, y le puso en contacto con Villarejo. Cospedal recordó que el propio Gómez Gordo, al que conoce sobradamente pero con el que no despachaba de forma habitual ya en los años de Kitchen, declaró ante el juez que ella no estaba al corriente. E insistió en que, efectivamente, no lo estaba. Tampoco por boca del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ni su número dos, Francisco Martínez. Le preguntaron si