ABC (Galicia)

José Luis Moreno lideraba una red que estafó más de 50 millones

▶Detenido con otras 52 personas, se le acusa de estafa, blanqueo, falsedad y pertenenci­a a organizaci­ón criminal ▶Tenían más de 700 sociedades, un notario a sueldo y obtuvieron millones de un acaudalado productor argentino

- PABLO MUÑOZ / CRUZ MORCILLO MADRID Prestamist­as Esperando a Moreno Dinero de la droga Un banco en Malta

Una denuncia presentada por varias entidades bancarias –ING ante la Policía, Abanca ante la Guardia Civil, y posteriorm­ente otras de Bankinter, Bankia y Liberbank–, en la que se daba cuenta de un perjuicio de casi 1,4 millones de euros provocado por un abuso de la operativa bancaria por parte de una trama empresaria­l, y la detención de una ‘mula’ (transporti­sta) que llevaba en el doble fondo del maletero del coche que conducía más de un millón de euros en efectivo procedente­s del narcotráfi­co. Ese fue el punto de partida de la investigac­ión que ayer culminó en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Murcia con la detención de 53 personas a las que se acusa de estafa, falsedad documental, blanqueo de dinero y pertenenci­a a una organizaci­ón criminal que habría defraudado más de 50 millones de euros.

La red, según las investigac­iones policiales, construyó una compleja trama empresaria­l con más de 700 sociedades que utilizaban en su estrategia criminal; tenía el proyecto de crear un banco en Malta para dar cobertura a sus actividade­s delictivas y llevaba el dinero a cuentas de las Islas Maldivas, Panamá y Suiza. La investigac­ión, bautizada con el nombre de ‘Titella’ (marioneta, en catalán), está dirigida por el titular del Juzgado de Instrucció­n número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno.

Uno de los líderes de la organizaci­ón es el conocido productor de televisión José Luis Moreno, de 74 años, arrestado a las ocho y media de la mañana de ayer en su lujoso chalé de Boadilla del Monte. Simultánea­mente se detenía al resto de los miembros clave de la organizaci­ón, entre los que estaría su sobrina Natalia Caballero, que ha trabajado codo con codo con él. A partir de ese momento la Policía registró la vivienda durante diez horas con la ayuda de perros especializ­ados en la localizaci­ón de dinero y drogas. Asimismo también se registraro­n sus empresas en busca de documentac­ión que apuntale las investigac­iones.

Es relevante que los encargados del caso –el peso de la investigac­ión lo ha llevado la UDEF de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, con quien ha colaborado la Policía Judicial de la Guardia Civil de Barcelona– decidieran esperar a que Moreno regresara a Madrid de un viaje al extranjero para explotar la operación. Ello fue debido a la importanci­a que le dan a su papel dentro de la trama investigad­a.

Entre el resto de los 52 detenidos hay un notario de Madrid a sueldo de la organizaci­ón, directores de oficinas bancarias, abogados, empresario­s y algún economista, lo que garantizab­a un alto grado de impunidad al grupo.

En la trama convivían dos ‘líneas

Una vez enviado el dinero defraudado a cuentas que controlaba­n en Maldivas, Panamá y Suiza, la organizaci­ón criminal ofrecía préstamos a empresario­s necesitado­s de efectivo a intereses próximos a la usura, según fuentes consultada­s por ABC.

La operación ‘Titella’ (marioneta en catalán) no se puso en marcha hasta que el productor de televisión José Luis Moreno regresó a Madrid de un viaje al extranjero. Los encargados del caso –Jefatura Superior de Policía de Madrid y Guardia Civil de Barcelona– lo consideran clave en la red. de negocio’ principale­s. La primera, cuyas actividade­s se desarrolla­ban principalm­ente en Barcelona, se dedicaba al lavado de dinero de narcotrafi­cantes, al parecer de hachís, asentados en Holanda, aunque también hay alguno que opera en España. Esta parte de la red les ofrecía blanquear sus enormes ganancias a través de las sociedades pantalla con las que contaba la red. A partir de ahí, o bien blanqueaba­n mediante la solicitud de créditos

Parte del dinero blanqueado, en particular el que manejaba la rama de la red que operaba en Barcelona, procedía del tráfico de drogas. En concreto, ese grupo tenía relación con narcos del hachís asentados en Holanda y también con otros que operan en España.

El ‘modus operandi’ de la trama exigía la complicida­d de un notario de Madrid y de directores de oficinas bancarias de varias entidades a través de las que conseguían créditos. Tenían intención de crear un banco en Malta diseñado para el crimen económico. millonario­s con el respaldo de las empresas, o bien hacían facturació­n cruzada para hacer opaco el origen de los fondos. En esta rama de Barcelona no hay una vinculació­n directa del veterano productor –no se le acusa por ahora de tráfico de drogas–, aunque las fuentes consultada­s por ABC sostienen que está en el escalón superior y que las imputacion­es pueden ampliarse.

Para el segundo ‘modus operandi’ resultaba clave la colaboraci­ón de directores de entidades bancarias y del notario, que recibían el correspond­iente soborno por su ayuda. En este caso, de nuevo con el respaldo del entramado empresaria­l, conseguían de los bancos líneas de crédito muy amplias, incluidas las abiertas por el ICO por la pandemia y para apoyar la actividad comercial en el exterior, que luego no devolvían. Gracias a sus contactos dentro de las oficinas bancarias lograban que nadie les reclamase sus impagos. El dinero así conseguido revertía luego en testaferro­s antes de llegar a los responsabl­es de la organizaci­ón en las cuentas que controlan en Panamá, Maldivas y Suiza.

La red ofrecía a particular­es participar en proyectos empresaria­les avalados por un grupo de sociedades solventes, pero cuando conseguían que invirtiera­n su dinero lo desviaban de tal forma que no lo podían recuperar. Es especialme­nte duro el golpe sufrido por un inversor privado: Alejandro

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