Feijóo apela a los jóvenes ante los botellones: «Son ilegales y un foco de contagio seguro»
▶ Advierte del «cóctel peligrosísimo» que supone su práctica más «ocio descontrolado» y «falta de vacunas»
se hable con personas que no sean convivientes. Al respecto de esta reflexión, el doctor Vázquez radiografió la situación actual y evidenció que los últimos brotes registrados en Galicia dejan claro que el problema del aumento de los contagios no está tanto «en los locales en los que hay control», sino en comidas o en otro tipo de prácticas como el ‘botellón’, recoge Ep. Sus palabras conectan con focos como el de Chantada, con diez positivos tras una comida de amigos, o el de Sarria, que roza la treintena de casos y que también tuvo su origen en una reunión familiar. «Hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad y recordar sobre todo a los jóvenes, que muchas veces son asintomáticos, que la variante delta es muy contagiosa», insistió a las puertas de un verano que no empieza con buen pie.
Visiblemente molesto por una situación «injusta», ante el repunte de contagios de Covid por el macrobrote de Mallorca, Alberto Núñez Feijóo alertó ayer del «cóctel peligrosísimo» que resulta de combinar «el ocio descontrolado, los botellones colectivos y la falta de vacunas». El presidente de la Xunta hizo un llamamiento a los jóvenes para que no incurran en prácticas que, además de atentar contra la ley, tienen consecuencias severas en la contención de la pandemia, como ha puesto de manifiesto lo ocurrido en Baleares. «Por favor, no hagamos botellones, son ilegales y son un foco de contagio seguro», reclamó el mandatario tras un acto en Vigo, donde inauguró el albergue de peregrinos Juan Manuel López-Chaves, a preguntas de los medios.
Feijóo lamentó que se vuelvan a disparar los contagios, especialmente en el área de Pontevedra, con una positividad de dos dígitos, y se vea amenazada la situación asistencial. Especialmente porque pagan el pato «las personas que se han venido cuidando», y a otro nivel los padres de los chicos afectados, así como los servicios sanitarios de la docena de comunidades autónomas afectadas. Tras poner el acento en la «responsabilidad» de quienes organizaron la «macrofiesta» en Mallorca, pidió «un poco de paciencia» a la «gente joven», con la que se volvió a disculpar (como ha hecho en más de una ocasión públicamente) por no haber vacunas todavía para ellos. Esta misma semana, confirmó el presidente, comenzará a inmunizarse a algunos treintañeros en varias ciudades gallegas —a partir de los 39 años, en orden descendente—, mientras se acaba de dispensar la primera dosis en el tramo de 49 a 40 años.
A los jóvenes les emplazó a que «esperen unas semanas», que tengan paciencia, dado que «este verano será el último verano con restricciones», auguró. Un escenario que será factible «si nos cuidamos y llegamos al otoño sin ningún disgusto y un brote explosivo», añadió. Porque se ha constatado que, con suma sencillez, puede generarse ese «cóctel», término en el que insistió, «que produce contagios y destroza los veranos de esa gente que quiere disfrutar y también a sus familias, y supone un incremento de la presión preventiva y asistencial, que creo que los servicios de salud no se merecen», incidió ante la prensa.
Feijóo expresó el deseo de que «saquemos una enseñanza» de lo sucedido en Mallorca. Hechos ante los que no dejó de remarcar su extrañeza, por la «falta de cumplimiento de los protocolos que rigen durante la pandemia». El macrobrote balear «es una muy mala noticia, pero si la utilizamos como oportunidad, pudiera ser una acción preventiva ante noticias posteriores», añadió. Que sirva de ejemplo para que no vuelva a suceder. De ahí la importancia de desterrar los botellones, «actos ilegales desde el punto de vista de la salud pública y actos irresponsables desde el punto de vista de los contagios masivos». «El botellón es ilegal», insistió, y en «plena pandemia es incomprensible».
Con el nuevo aperturismo que facilita el avance en la desescalada, y a las puertas de que reabra el ocio nocturno en Galicia, Feijóo apeló una vez más a la cautela. Recordó que «las posibilidades de contagiarse son más altas que al inicio de la pandemia», porque el virus, que «sigue activo», ha ido «mutando» y es «más contagioso», como muestra la variante Delta. Y aún hay que esperar para blindar a los jóvenes.
«Este verano será el último con restricciones para la gente joven si llegamos al otoño sin ningún disgusto»