ABC (Galicia)

La reforma de las reglas fiscales y el mercado energético empañan la «sintonía» de Sánchez y Scholz

▶ El presidente recibe al nuevo canciller y trata de mostrar cercanía ideológica para romper la barrera norte-sur

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN MADRID

La música suena y ambos quieren bailar. Pero los primeros pasos son algo torpes. Es solo un primer ensayo, pero falta fluidez pese a la inequívoca voluntad. Pedro Sánchez y Olaf Scholz quieren que España y Alemania refuercen su entendimie­nto en la nueva coreografí­a europea. Ambos se reunieron ayer en La Moncloa, en la primera visita de este año del nuevo canciller fuera de Alemania. Después de haber pasado ya por París, Roma, Bruselas, Varsovia y Ámsterdam. La visita era clave para Pedro Sánchez, deseoso de exhibir una cercanía ideológica con Berlín que permita superar las tradiciona­les divisiones norte-sur que en el pasado han marcado la gobernanza europea. El presidente del Gobierno está convencido que España pierde en esa división. Con el precedente de la respuesta económica a la pandemia, Sánchez destacó el papel de Scholz, en sus anteriores funciones de ministro de Finanzas, para impulsar el plan de recuperaci­ón a través de los fondos europeos: «Algunos logros llevan su firma», dijo Sánchez destacando su «liderazgo incuestion­able en el Eurogrupo» a la hora de negociar esos estímulos. Scholz no quiso ser menos. «Los lazos entre los dos países son muy buenos. Hoy es otro paso para garantizar que seguimos siendo muy buenos amigos». Evidente voluntad por mostrar «sintonía» en esta «nueva etapa».

Actualment­e Sánchez y Scholz son los dos principale­s gobernante­s de la familia socialdemó­crata en el viejo continente. Ambos reconocen al otro como un «amigo» y coinciden en sus ideas sobre el progreso social y económico, así como en la apuesta por las transicion­es verde y digital. Pero a la hora de la verdad siguen siendo España y Alemania. Con necesidade­s diferentes y condiciona­ntes de política interior que los obligan a ambos. Pero el hecho de compartir una línea ideológica en términos generales no es suficiente. El nuevo canciller gobierna una coalición tripartita en la que de cara a su entendimie­nto con el Gobierno español tiene el condiciona­nte del partido liberal. Mientras que Sánchez mantiene sus hipotecas con Unidas Podemos.

Y esto quedó muy patente en uno de los debates más importante­s que abordará en los próximos meses la Unión Europea: el debate sobre la modificaci­ón de las reglas fiscales vigentes en el Pacto de Estabilida­d Europeo. Las que marcaban el nivel de deuda en el 60% del PIB y de déficit anual en el 3%. Actualment­e están suspendida­s hasta 2023 por la pandemia. Y se abre el debate sobre su reforma. Al respecto Sánchez señaló que «las reglas fiscales son complejas y difícilmen­te cumplibles en el contexto de la pandemia y el Gobierno de España considera que hay que reformarla­s». Scholz no quiso mencionar esta cuestión en un primer momento. Pero en las preguntas de la prensa fue claro respecto a que en ningún caso hace una enmienda a la totalidad a estas reglas: «El pasado ha mostrado que en Europa cuando resolvemos conjuntame­nte los problemas económicos es cuando mejor nos va. El pacto de estabilida­d nos ha dado el marco para el fondo de recuperaci­ón. Queremos seguir construyen­do sobre las experienci­as del pasado. Europa caminará de la mano en los próximos años sobre la base del pacto de estabilida­d, que nos ha servido de marco y nos ayuda en el futuro».

Las posiciones no son las mismas. Aunque fuentes de La Moncloa sí son optimistas respecto a que el debate pueda sustanciar­se para, en ningún caso, forzar ya en 2023 a los países a importante­s ajustes presupuest­arios. Sánchez insistió en esa idea, reivindica­ndo que todavía quedan importante­s estímulos que realizar: «La principal prioridad de Europa es acordar la sostenibil­idad en el medio plazo de las finanzas públicas, el abordar la transición ecológica y la transforma­ción digital, algo que exigirá apalancar inversión privada, pero que necesita del liderazgo de la inversión pública», Scholz, por su parte, recordó que la gran parte de los fondos de recuperaci­ón pactados todavía están por llegar a los países. La prioridad de España es que esas reglas se reformen. Pero pese a que la aspiración máxima y las necesidade­s pueden parecerse más a las de Francia e Italia, Sánchez no quiere aparecer alineado en un bloque del sur. A su juicio esa división obstruiría las posibilida­des reales de modificar las reglas. En este sentido, ha dicho que aspira a abordar este debate desde una perspectiv­a «integrador­a y no por bloques». Por eso la relación con Scholz es importante para Sánchez.

El otro asunto clave en el que ahora mismo hay falta de entendimie­nto es en la reforma del mercado energético europeo. «Tenemos visiones diferentes», ha reconocido Sánchez. En el mes de octubre ambos países estuvieron en bloques enfrentado­s al debatir una propuesta que hacían países como España o Francia para reformar el mercado energético, con compras conjuntas de gas, y el sistema de fijación de precios.

«Europa caminará de la mano sobre la base del pacto de estabilida­d, que nos ha servido de marco y nos ayudará en el futuro»

 ?? // EP ?? Pedro Sánchez y Olaf Scholz, ayer en el Palacio de la Moncloa
// EP Pedro Sánchez y Olaf Scholz, ayer en el Palacio de la Moncloa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain