El giro alemán
o se han verificado grandes cambios de la situación en el teatro. Los combates se focalizan sobre tres zonas. Una es el baluarte Severodonetsk-Lisichansk, si bien la primera de ambas ciudades ha quedado desarbolada, con excepción de la esforzada resistencia en la planta industrial de Azot.
NOtra es Popasna, desde donde las tropas rusas tratan de avanzar hacia el norte y noroeste para intentar colapsar la carretera T-1302 y cortar la vía logística que, desde Bajmut, alimenta a los defensores de Lisichansk. Y la tercera está en Jersón donde, al parecer, los intentos de movimiento caen del lado ucraniano, tratando de empujar a las tropas rusas hacia el Dniéper. Esa aparente ‘quietud’ permite un respiro, para fijar someramente la atención en uno de los enormes cambios geopolíticos propiciados por la invasión de Ucrania. Es el giro copernicano, inédito desde la II Guerra Mundial, de la política de defensa alemana. Los propósitos de Berlín, según anunció Scholz en la Cámara Baja del Parlamento alemán (Bundestag), solo tres días después de la invasión de Ucrania, consistirían en invertir 100.000 millones de euros para la modernización de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas alemanas). Y, asimismo, incrementar el presupuesto ordinario de defensa para alcanzar, o incluso superar, un montante anual del 2% del PIB, en consonancia por lo acordado en la Cumbre de la OTAN de Cardiff (2014).
En tal marco de referencia, el canciller alemán, en su reciente visita a Vilna, se ha unido al deseo de los países bálticos de un incremento sustantivo de las tropas que, bajo bandera OTAN, despliegan en la eFP (Presencia Adelantada reforzada). La intención sería elevar los grupos tácticos (‘Battle Groups’), de alrededor de 1.200 efectivos cada uno, al nivel de brigadas (entre 3.000 y 5.000 efectivos). Grandes Unidades que continuarían liderando: Reino Unido en Estonia; Canadá en Letonia (donde están encuadradas las tropas españolas); Alemania en Lituania; y Estados Unidos en Polonia.
A los más viejos del lugar se nos está cayendo el sombrajo. Creíamos que la OTAN se inventó para mantener a Rusia fuera, Francia dentro y Alemania debajo. Esto es otra cosa.