El Gobierno veta los acuerdos con la Sanidad privada «salvo excepciones»
▶Regula una atención cien por cien pública, crea indicadores de salud, mantiene los actuales copagos y blinda la asistencia de ‘sin papeles’
l presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio la pista durante su participación en un mitin en Málaga. Anunció que el Consejo de Ministros iba a aprobar una ley para blindar la equidad, la cohesión y la universalidad de la sanidad pública. «Para que ningún gobierno de derechas pueda privatizar la sanidad en ninguna comunidad autónoma», dijo en pleno fervor electoral.
La nueva ley de equidad a la que el Gobierno dará hoy su visto bueno busca, en efecto, una atención cien por cien pública en uno de los peores momentos de la sanidad pública, colapsada tras la pandemia y con las listas de espera disparadas en todo el país. El anteproyecto de ley de equidad veta cualquier colaboración con centros y hospitales privados. Eso significa que no podrían derivarse enfermos a hospitales privados para reducir las listas de espera, ni habría hospitales públicos de gestión privada. «Tanto la gestión y administración de las estructuras y servicios públicos que integran el sistema nacional de salud se llevará a cabo de manera directa», se indica en el anteproyecto al que ha tenido acceso ABC.
EPuerta de salida
Aunque la filosofía de la ley sea una sanidad pública cien por cien, el texto deja abierta una puerta que anularía ese veto a la ‘privatización’ que escenificó Pedro Sánchez en el mitin. «De forma excepcional y justificada, y siempre que no sea posible la prestación directa de los servicios que integran el Sistema Nacional de Salud, las administraciones públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias (...) podrán optar por la gestión indirecta, empleando cualquiera de las fórmulas de contratación o de colaboración previstas», se indica.
Eso significa que si una comunidad autónoma quiere mantener un concierto con una entidad privada, podrá hacerlo aunque tendrá que justificarlo. Todo podría seguirá igual.
Las asociaciones que agrupan a la sanidad privada interpretan el texto como un ataque directo. La Alianza de la Sanidad Privada Española (Aspe) cree que la futura ley de equidad convertirá a España «en el único país europeo que proscribe la sanidad privada de su sistema sanitario». Aspe está valorando si jurídicamente el Gobierno infringe la Constitución si se revierten los conciertos sanitarios y se ignora la cooperación de la sanidad privada en la sostenibilidad del sistema.
Recuerdan que habría sido imposible afrontar la crisis del Covid sin los recursos privados que absorbieron el 30% de las hospitalizaciones, asegura Carlos Rus, presidente de Aspe. Solo el 11,2 % del gasto sanitario público se destina a la partida presupuestaria de conciertos, algo más de uno de cada diez euros de la sanidad pública, según sus datos. Los conciertos son un ahorro para el sistema público porque «optimizan los recursos asistenciales con tarifas entre un 25 y un 69 por ciento menores», defienden.
Al Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), que defiende el valor de la sanidad privada al sistema, le preocupa más la forma que el fondo. El IDIS tiene claro que la ley no impedirá la concertación de servicios con el sector privado, «solo lo protocolizará». Pero le precupa el discurso «demagógico» que no sabe ver a los hospitales privados como un aliado estratégico, imprescindible para atender las necesidades de la población. «Resulta difícilmente entendible que los problemas que afectan al sistema sanitario público se sigan vinculando a privatizaciones que no son tales», explica el IDIS en un comunicado. La institución reclama, además, una auditoría del sistema sanitario. Las declaraciones del presidente del Gobierno, dicen, «son el reflejo de una clase política que vive de espaldas a la realidad». Creen que el anteproyecto no resuelve los verdaderos problemas de un sistema sanitario sin recursos, con listas de espera, falta de cohesión entre comunidades o desigualdad en el acceso a nuevas tecnologías y medicamentos.