LEYENDAS DEL ASCENSO DE LENIN
¿Fue la caída del zar pacífica? Las cifras desmienten que la revolución contra los Románov fuera pacífica. Tan solo en la capital hubo cerca de 1.500 muertos y 6.000 heridos entre los dos bandos. Los combates concluyeron con el asalto a un hotel en el que se habían refugiado muchos oficiales y generales zaristas. Fue una auténtica masacre. ¿Fue Lenin un líder justo?
A través de una infinidad de testimonios, Beevor retrata el carácter de Lenin y le muestra como un ariete dispuesto a derribar a cualquiera a cambio del poder. Aceptó la ayuda de los mismos imperialistas a los que odiaba para llegar a Rusia en un tren presuntamente sellado, estaba convencido de que había que pasar por una guerra civil para hacerse con el poder absoluto, ejerció un liderazgo férreo y poco democrático sobre su partido y desató la violencia contra amigos y enemigos. Un ejemplo fue Crimea, hoy de triste actualidad; tras su victoria frente al Ejército Blanco, ordenó concentrar a los prisioneros «en algún lugar del norte». Un amargo eufemismo, según el autor: «Esto aludía, en concreto, a los campos de concentración de los alrededores del mar Blanco, de los que muy pocos escaparon vivos» ¿Había unidad dentro de las fuerzas bolcheviques?
El nuevo régimen no tuvo piedad con los suyos. Cuando los marinos de la Flota del Báltico, a los que Trotski definió como «el orgullo y la gloria de la Revolución rusa», crearon su propio Comité Revolucionario para defender sus derechos, el régimen comunista recurrió a la mentira para sofocar la revuelta. Afirmaron que el amotinamiento estaba dirigido por un oficial del Ejército Blanco y acabaron con ellos.