Un gran entendido en arte
José María Viñuela (1944-2022) Arquitecto extremeño, fue una de las eminencias grises de nuestro arte, primero en el Museo Municipal de Madrid, luego en el Banco de España, y estos últimos años como conservador del Museo Helga de Alvear de Cáceres
Arquitecto extremeño, fue una de las eminencias grises de nuestro arte, primero en el Museo Municipal de Madrid, luego en el Banco de España, y, estos últimos años, como conservador del Museo Helga de Alvear de Cáceres.
Al pie del cañón ha fallecido José María Viñuela, en su Extremadura natal, cuando se aprestaba a presentar, en el Museo Helga de Alvear de Cáceres, institución que tanto le debe, una muestra de fotografías de Cristina Lucas, por él comisariada. En esta hora triste para esa institución, y en general para el mundo del arte, hay que recordar que la hoja de servicios al mismo del arquitecto está llena de combates silenciosos, pero eficaces. Nacido en la localidad cacereña de Ibahernando, hijo de un médico rural, y nieto de un maestro protestante, era hermano del eminente científico Eladio Viñuela. Criado en Don Benito, y formado en la Escuela de Arquitectura de Madrid, amplió estudios en Hamburgo. Trabajó luego un tiempo en el estudio de José María García de Paredes, con el que colaboró en el proyecto del Auditorio Manuel de Falla de Granada y en el de la casa de Narciso Yepes. Su vinculación con la arquitectura se mantendría a lo largo de toda su vida. Gracias a él, sin ir más lejos, Don Benito cuenta desde 1997 con una Casa de la Cultura que es uno de los grandes proyectos de Rafael Moneo.
La acción de Viñuela empieza en 1978, cuando Mercedes Agulló lo nombró responsable de museografía y exposiciones del Museo Municipal madrileño. El viejo caserón churrigueresco, en cuyo ático diseñó unas nuevas y espaciosas salas de temporales, conoció entonces una actividad enorme. Dos aventuras sucesivas, ambas en 1980, llevamos a cabo en ese marco: la exposición sobre Ramón Gómez de la Serna, que comportó el montaje del despacho del escritor (en la actualidad en el Conde Duque), y la colectiva ‘Madrid D.F.’, con motivo de la cual se editó una hoy buscada carpeta de serigrafías.
Entre 1981 y 2015, Viñuela estuvo al frente de la colección artística del Banco de España. Su etapa supuso un antes y un después para este último, que gracias a su ojo avizor empezó a adquirir e incluso en ocasiones encargar arte contemporáneo. Además de la compra de dos Goya, mencionar, como botón de muestra, varios encargos a Carmen Laffón: sus retratos de los Reyes eméritos y de tres directores (Mariano Rubio, Rojo, y Linde) de la institución, y su carpeta de tres aguatintas inspiradas en el edificio, cuya reforma fue confiada a Moneo.
Helga de Alvear, por último. Viñuela llevaba años acompañándola en sus viajes por el ancho mundo, y especialmente a ferias y bienales. A él, tan devoto del minimalismo, se deben la museografía de la pinacoteca creada por la galerista y coleccionista, diseñada por Tuñón y Mansilla, así como propuestas expositivas a partir de la colección, como por ejemplo ‘La perspectiva esencial’ (Centro de Arte Alcobendas, 2018), en que con él colaboraron Anatxu Zabalbeascoa y Javier Rodríguez Marcos.