EBAU: Opciones posibles si la nota no alcanza para hacer la carrera deseada
▶ A pocos días de saber la calificación en Selectividad, los expertos aconsejan a los alumnos tener siempre un plan b
ras descargar sobre el papel todo lo aprendido en Bachillerato en los temidos exámenes de Selectividad que acaban de finalizar, miles de estudiantes esperan ahora ansiosos la publicación de su calificación. En función de ella, muchos verán cumplido su sueño de realizar la carrera que siempre soñaron; pero otros tantos tendrán que enfrentarse a todo lo que supone no haber alcanzado la nota de corte para hacer los estudios que tenían como meta. En este último caso, ¿qué pueden hacer? ¿Qué opciones se les presentan?
Lo primero de todo es no caer en pensamientos negativos del tipo «todo mi futuro se ha ido al garete» o «tantos años estudiando para nada» porque, en realidad, cuando se cierran unas puertas, se abren otras. Lo más aconsejable nada más recibir la nota «es pensar con la cabeza fría, reposar la situación y nunca tomar decisiones en caliente de forma impulsiva», recomienda Aitor Álvarez, vicedecano y profesor de UNIR.
TCuando hay vocación
Añade Jesús Otero, director técnico de Bachillerato de British Council, que «los alumnos deben tener siempre, como mínimo, dos opciones en mente para poder desarrollar tras la Selectividad. No contar con un plan B es un error –advierte–. La verdad es que en la actualidad hay pocos jóvenes que aspiran a carreras por vocación pero, en el caso de ser así y no haber alcanzado la cifra de corte, siempre existe la posibilidad de repetir la Selectividad para subir nota».
Así lo considera también Aitor Álvarez, «puesto que un joven puede presentarse todas las veces que quiera y siempre le contará la máxima nota. Aún así, no es la opción que más recomiendo porque entre convocatorias hay un año sabático que hay que saber aprovechar repasando el temario y realizando cursos complementarios a la carrera que se desea estudiar para que no sea un tiempo perdido».
El vicedecano de la UNIR también apuesta por que el estudiante analice la posibilidad de matricularse en una universidad fuera de su comunidad autónoma e, incluso, en una universidad online, «donde las notas de corte no son tan altas porque, en definitiva, en estas dos opciones no hay tanta demanda».
Igualmente señala «que también es una oportunidad para el alumno plantearse ir a una universidad extranjera, lo que mejorará, además, sus competencias lingüísticas. Eso sí –advierte–, es necesario prestar gran atención a los criterios de homologación de títulos entre ambos países para no llevarse después la sorpresa, tras finalizar los estudios, de que el certificado obtenido en el país de destino no tiene ninguna validez en España».
Pero para los que no entra en sus planes cruzar fronteras, otra de las opciones «es matricularse en una carrera similar, realizar el primer curso y, posteriormente, pedir el traslado al programa universitario deseado. Por ejemplo –explica Otero–, si no ha podido entrar en Medicina, se puede optar por Bioquímica y desde allí pedir el traslado a la primera de nuevo. Toda la información para hacer esta gestión está disponible en la web de cada centro universitario. Otra vía –añade– es decantarse por instituciones privadas, puesto que muchas de ellas imparten carreras muy demandadas por los jóvenes a los que las instituciones públicas no pueden acoger. El año pasado 7.000 estudiantes quisieron matricularse en Medicina, cuando solo hay cinco facultades públicas en España que la impartan y, en el caso de Madrid, tres privadas».
Tampoco hay que descartar, según Otero, centrarse en otra carrera que no sea la primera opción. Pone como ejemplo que si un joven no ha logrado la nota para Ingeniería Industrial, que no dude en hacer Ingeniería mecánica o electrónica «porque le va a gustar, sobre todo partiendo de que no siempre se trabaja en lo que se ha estudiado, pero, al menos, está dentro de la misma rama por la que se decanta».
Mensaje a padres
Por último, Jesús Otero hace un llamamiento a las familias. «Hace años los jóvenes eran más autónomos y tomaban decisiones en este sentido, salvo excepciones de padres con larga tradición vocacional familiar. Ahora, sin embargo, los progenitores están muy al tanto de todo, de las notas de corte, de lo que exige cada universidad, de los papeleos que hay que hacer y, aunque está bien, a veces actúan de manera algo invasiva. Deben ser flexibles y permitir que sus hijos tomen decisiones y que si se equivocan, aprendan de los errores. La vida, y sobre todo la académica, presenta muchos caminos».
Repetir el examen, matricularse en una universidad online, en otra carrera y pedir traslado... son algunas de las alternativas