El Sergas ofrece plazas en propiedad para zonas de difícil cobertura
La ley de residencias del BNG, en vía muerta
▶El conselleiro de Sanidade anuncia medidas para incentivar a los médicos a trabajar en los entornos rurales ▶Comesaña reconoce puntos débiles en la Atención Primaria, pero asegura que «ni es caótica ni está colapsada»
Para demostrar que, pese a sus problemas, la Atención Primaria de la Comunidad «ni es caótica ni está colapsada», el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, puso una estadística sobre la mesa: de cada diez gallegos que piden cita a su médico de cabecera, casi nueve (un 87 %) consiguen que le atiendan en menos de cuatro días. Comesaña admitió, sin embargo, que el sistema tiene puntos débiles y anunció en el pleno del Parlamento autonómico una serie de medidas para, entre otras cosas, incentivar a los médicos a trabajar en centros del rural. La medida «más singular» –cómo él mismo la definió– es la de ofertar 106 plazas de médico de familia en propiedad, mediante un concurso de méritos y sin necesidad de presentarse a una oposición, en zonas de difícil cobertura. El objetivo es hacerlas «más atractivas», y la previsión de que puedan incorporarse ya en septiembre.
La oposición escuchó con recelo la comparecencia, a petición propia, del conselleiro de Sanidade ante el pleno de la Cámara autonómica. En cuanto a los datos expuestos por Comesaña para demostrar que los tiempos de espera en Atención Primaria son razonables, el portavoz en la materia del grupo socialista, Julio Torrado, se lanzó en su escaño al experimento empírico de pedir cita para su médico de cabecera. Y el resultado fue que Torrado tuvo la «mala suerte» de encontrarse entre «el diez por ciento» de los gallegos que no consiguió cita en cuatro días. Ni para los siguientes. En Twitter, otros se sumaron a la práctica, colgando en la red el pantallazo del resultado de la búsqueda. La también diputada del PSdeG en el Parlamento autonómico Noelia Otero publicaba que, en su caso, había encontrado un hueco para el 1 de julio. Y la portavoz del PP gallego en la Cámara en materia sanitaria, María Encarnación Amigo, contraatacó a los socialistas exponiendo su caso: «Me deja pedir cita para mañana, aquí lo tengo», rebatió desde la tribuna. Medio en broma medio en serio, Torrado invitó al conselleiro a sumarse al experimento para «deshacer el empate». Comesaña no entró al trapo: «Cuando les dan un dato que no les gusta, dicen que es falso».
Más allá de las experiencias personales de cada diputado –y cada ciudadano–, Comesaña aseguró que «la realidad» de las listas de espera en Atención Primaria es otra. Y añadió que el 67 % de quienes piden cita consiguen que le atiendan en un máximo de dos días. Eso sí, en Atención Primaria hay margen de mejora, reconoció, básicamente porque faltan médicos: «La carga de trabajo no mejorará mientras no inyectemos más profesionales», valoró Comesaña. Y señaló al Gobierno central de Pedro Sánchez, que «está haciendo poco por solucionarlo». «Mientras la otra parte no tome decisiones dentro de sus competencias en lo que se refiere a la formación de especialidades, no podemos seguir avanzando», añadió el conselleiro. «Si el Gobierno central hubiese priorizado la Atención Primaria, no estaríamos en esta situación. Hay una situación de déficit de profesionales especializados en medicina familiar. Hay que tener en cuenta esa realidad».
En cuanto a lo que sí está en mano
La propuesta de ley de residencias que proponía el BNG no se tramitará en el Parlamento gallego por el rechazo del PPdeG, con mayoría absoluta en la Cámara, que quiere un «modelo único» con «criterios objetivos» para toda España, cuestión que se está debatiendo en ese ámbito entre el Gobierno y las comunidades. El diputado del PPdeG Pazos Couñago denostó el «intento del nacionalismo gallego por montar» un sistema de residencias alternativo en vez de «consensuar un modelo único para toda España, con unas condiciones mínimas» para garantizar «las mismas posibilidades y criterios objetivos». «Las competencias exclusivas son de Galicia», le advirtió Olalla Rodil en la réplica, en la que también puso el acento en que los gallegos «no quieren una plaza en Benidorm», sino en «O Carballiño o Ribeira de Piquín».