Arthur Germain Del socialismo caviar al pasotismo radical
▶ El hijo de Anne Hidalgo, alcaldesa de París, no solo ha apoyado al gran rival de su madre, Mélenchon, sino que en la primera vuelta de las legislativas decidió tirar su voto a la papelera para demostrar su desencanto con el sistema
Historia ejemplar para comprender las metamorfosis y el hundimiento del socialismo francés, la de Arthur Germain, hijo de Anne Hidalgo, educado en el socialismo de gobierno y los principios de la izquierda caviar, para terminar convirtiéndose en un icono radical chic, negándose a votar, tirando su voto a una papelera para afirmar que «todo debe cambiar».
Anne Hidalgo, nacida en la provincia de Cádiz, alcaldesa de París, tuvo dos hijos de un primer matrimonio. Germain es el único de la desafortunada candidata socialista a la presidencia de la República en sus segundas nupcias. Su padre, Jean-Marc Germain, es un antiguo funcionario socialista.
Hace años, la pareja Hidalgo-Germain fue la encarnación del socialismo moderno, el socialismo de gobierno, la izquierda caviar más influyente, durante muchos años. Cuando el antiguo PS comenzó a hundirse, Hidalgo se presentó como posible salvadora. Para terminar consiguiendo un trágico 1,75% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el mes de abril pasado: el peor resultado de la historia del socialismo francés.
La tragedia política también tuvo mucho de tragedia íntima, familiar. Arthur Germain, su hijo, decidió que votaría al gran rival de su madre, Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda populista, por estas razones: «Para mí, era importante demostrar mi libertad, no estar sometido a mi madre y sus ideas. Voté por Mélenchon, sin gran convicción: para protestar contra todo, por lo menos».
Arruinada la carrera de su madre, derrotado Mélenchon en las presidenciales, el hijo de la alcaldesa de París decidió seguir dando una nota radical chic. El domingo de la primera vuelta de las elecciones legislativas se fotografió, sonriendo, tirando su voto a una papelera parisina, y escribió en Twitter: «¡No he votado! Hay que cambiar de juego cuando cambiar las reglas del juego no es suficiente».
Ese mensaje provocó una ola de consternación. Millares de lectores se apresuraron a recordar que, en Ucrania, por ejemplo, hombres y mujeres están dispuestos a morir para defender su derecho a votar. Anne Hidalgo prefirió guardar un silencio sepulcral, ante la deriva pasota radical chic de su hijo, educado en las mejores escuelas parisinas, entre lo más selecto de las familias evidentemente socialistas y progresistas próximas a sus padres.
La más selecta educación parisina terminó pronto, sin estudios importantes. Arthur Germain decidió consagrarse personalmente como aventurero, evidentemente ecologista (radical), cuyas proezas culminaron con una travesía por el canal de la Mancha y un descenso del Sena, desde París hacia su desembocadura, en el canal de La Mancha, entre Le Havre y Honfleur. A partir de ahí, se ha consagrado como nadador profesional, militando activamente en la defensa del medio ambiente, organizando giras y encuentros con jóvenes sensibles a ese tipo de aventuras, remuneradas, las mayoría de las veces, a precio alto.
Tareas profesionales aparentemente compatibles con el rechazo de fondo del sistema político francés. Detalle entre simbólico y sintomático de las crisis políticas, sociales y culturales que ha vivido su familia, atizando un desencanto privilegiado que ha tenido respuestas crueles desde las redes sociales: «Es muy bonito estar contra todo y despreciarlo todo, cuando tu mamá te ha cubierto las espaldas durante toda la vida». «Los jóvenes ucranianos que mueren por defender su derecho a ser libres, y votar, quizá vean ese gesto con melancólico y bien justificado desprecio».
Una educación selecta Germain fue a las mejores escuelas parisinas, aunque decidió no seguir estudiando para convertirse en un aventurero ecologista