Orgullo corrupto
J. Luis Rodríguez Zapatero / Juan Espadas Expresidente del Gobierno/Candidato del PSOE a la Junta andaluza
Se empeñan el PSOE de ayer y el de hoy, el de los ciento y pico «años de honradez», en reivindicar la figura de los condenados por el escándalo de los ERE. Otro tiro en el pie
Primero fue Zapatero, el avalista internacional de caciques de la catadura moral de Maduro, el que proclamó su orgullo por la «gestión y honestidad personal» de Chaves y Griñán, ambos condenados en el mayor escándalo corrupto de la historia de la democracia, casi 700 millones de euros defraudados que en vez de terminar socorriendo a los parados acabaron mullendo el colchón de truhanes de mano larga o en manos de una cohorte de malhechores de diverso pelaje pero idéntica filiación política: casi todos eran socialistas o familiares adyacentes a la sigla del partido o del sindicato. Y a las pocas horas era Juan Espadas –el candidato al que le han tenido que esconder a Susana Díaz para «no confundir» al electorado sobre quién demonios presenta el PSOE– el que le tocaba las palmas a la zambra de Zapatero, descubriendo en los ciento y pico «años de honradez» un insólito orgullo corrupto, seguramente ante la perplejidad de los andaluces que estarán perplejos ante la idealización y subida a los altares del progresismo redentor de quienes distrajeron semejante dineral. Ahora lo ves... pues ya no lo ves. Esto de sacar ‘pecho palomo’ por los responsables de tan descomunal desfalco de dinero público es lo único que no necesitaban las crepusculares expectativas de Espadas. En el PSOE, junio también es el mes del orgullo corrupto.