Malestar del Supremo con el TC por alentar la devolución del escaño a Podemos: «Ayudaría a Junqueras»
La Sala de lo Penal cree que una sentencia favorable al diputado Alberto Rodríguez, por desproporción entre su pena por patear a un policía y su salida del Congreso, daría a Estrasburgo el argumento esencial para convertir al líder de ERC en europarlamentario. «Los convertirían en héroes»
participación política, han enrarecido el ambiente dentro del Tribunal, y han puesto en alerta al Supremo, donde la irritación es creciente.
Fuentes del Supremo sostienen que si el Constitucional llegase a concluir que se vulneró el principio de proporcionalidad, y que por tanto la pérdida del escaño es una medida desproporcionada para la condena que se le impuso a Rodríguez, se generaría un peligroso precedente que podría beneficiar de rebote al líder de ERC, Oriol Junqueras. En su día, el Supremo impidió la excarcelación de Junqueras para tomar posesión del escaño obtenido en el Parlamento europeo. Se encontraba en prisión por la acusación de sedición que después le valdría una pena de 13 años de cárcel, y su posterior indulto por parte del Gobierno.
De consagrarse una novedosa doctrina en España que impidiese a un diputado perder su escaño pese a ser condenado, pocos dudan en la Sala de lo Penal del Supremo que sería la base jurídica en la que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos apoyaría sus argumentos para amparar al dirigente separatista y convertirlo en eurodiputado de inmediato.
La decisión definitiva del Tribunal Constitucional sobre la devolución del escaño a Rodríguez está aún en el aire. De hecho, fuentes del TC indican que de momento se han limitado a admitir sus dos recursos por existir suficiente «materia de debate constitucional» que como mínimo merece una discusión jurídica. Especialmente, en el recurso que atañe a la decisión de
Batet, y no a la sentencia. Y aunque es posible debatir en pleno los dos recursos por separado, las mismas fuentes sostienen que lo razonable sería hacerlo de manera conjunta, sin separar ambas cuestiones: la puramente penal de la condena –cuyo ponente es el conservador Santiago Martínez Vares–, y la que afecta a su representación parlamentaria, de la que se encarga la magistrada María Luisa Balaguer. En el caso de llevar ambas cuestiones al pleno conjuntamente, algo ni siquiera decidido aún, difícilmente podría pronunciarse el TC antes de octubre. Por lo tanto, prácticamente descartan que pueda haber resolución alguna en el mes de julio. Sin embargo, el temor del Supremo es que sea en un próximo pleno de julio cuando se aborde solamente la devolución del escaño, independientemente de cómo se resuelva después la confirmación o no de su pena.
Más allá de la defensa que Podemos hizo siempre de su diputado, y más allá de la campaña de ataques orquestada en público contra el Supremo para que no tuviese que dejar su escaño, lo cierto es que el PSOE también se expresó de forma favorable a Rodríguez. La intención del Gobierno de hacer guiños a Podemos, y desde luego a ERC, persiste. Además, el encontronazo entre la Mesa del Congreso –la socialista Batet– y el Supremo también fue público y notorio. Fuentes de este tribunal creen que «sería grave y decepcionante transmitir desde España un mensaje de amparo a delincuentes, y decirle a Europa que nosotros pisoteamos el derecho de participación política a culpables de sedición o a agresores de policías». En la deliberación del Tribunal Supremo hubo magistrados favorables a absolver a Rodríguez, pero en la discusión sobre si el parlamentario de Podemos debía renunciar a su escaño o ser despojado de él, el pronunciamiento de la Sala de lo Penal fue unánime. No hubo una sola grieta.
En el Supremo existe hoy la sospecha de que el debate sobre la devolución del escaño a Rodríguez en el TC empieza a ser mayoritariamente favorable para él, ya que dos magistrados de tendencia conservadora se plantean avalar la desproporción entre su condena y su salida forzosa del Congreso. Nada hay aún decidido en el TC, pero el Supremo se ha puesto en guardia porque las consecuencias, aparte de un revolcón jurídico a sus decisiones, supondrían «convertir en héroes a dos condenados y avalar sus argumentos de que en España se dictan sentencias políticas e injustas. Sería demoledor».
No solo a Podemos le interesa la victoria de ver a Rodríguez en el escaño; también a Batet, que se la guarda al Supremo, y al PSOE
El TC calcula que difícilmente habrá una decisión definitiva antes del otoño