La Generalitat se harta del socialista Lambán y competirá en solitario
▶ Vilagrà lamenta el debate politizado y el «anticatalanismo» del Ejecutivo de Aragón
El escritor, filósofo y político Edmund Burke ya advirtió hace casi 300 años que «hay un momento límite en el que la paciencia deja de ser una virtud». Y eso es lo que ha sucedido en la Generalitat tras meses de reuniones infructuosas con el Comité Olímpico Español (COE) y Aragón. El Govern se ha cansado de esperar el visto bueno del presidente autonómico Javier Lambán para poder fraguar una candidatura unitaria con la que albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, motivo por el que ya contempla elaborar, por su cuenta, una propuesta en solitario para presentarla al COE.
El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, apoyaba un proyecto que tendría que sacar la mejor cara de España, mostrando la unidad entre dos comunidades en tiempos turbulentos. Pero se ha topado con nervios y disgustos por todos lados, dificultando la preparación técnica de una candidatura que debía encandilar al Comité Olímpico Internacional (COI) para albergar unos Juegos en los que la nieve es la gran protagonista.
Laura Vilagrà, consejera catalana de Presidencia, escenificó ayer su hartazgo con unas declaraciones en las que dejó claro que «la Generalitat sigue adelante con el proyecto olímpico». Desveló que encargará a la directora de la Oficina Técnica del proyecto de candidatura para los Juegos de 2030, Mònica Bosch, la redacción de una propuesta de Cataluña en solitario ante el desacuerdo con el Gobierno de
Aragón, una situación que ha llegado en un punto de no retorno y con un debate politizado que no prioriza el evento deportivo como tal.
La intención de Cataluña de afrontar en solitario la organización de los Juegos implica la ayuda externa para acoger disciplinas como el salto y el deslizamiento, modalidades que no tienen tradición y que carecen de espacios destinados para ello. Este desinterés, además, desaconseja la construcción expresa de instalaciones, lo que obliga a trasladar algunas disciplinas fuera del territorio catalán. La Generalitat sopesa Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina.
«Nos vemos perfectamente capaces de hacer una candidatura competitiva, potente y con posibilidades de éxito», remarcó Vilagrà, que acusó a Lambán de mantener una postura «anticatalanista» durante las negociaciones. Así, ahora, la pelota está en el tejado del Gobierno y el COE, pues serán estos los que decidan si apuestan por una candidatura única, solo catalana, en contra de lo manifestado hasta la fecha, o desisten de dar el paso.