Máxima alerta en plena ola de calor con varios fuegos sin control
▶ Cataluña suma ya 1.500 hectáreas arrasadas, mientras en Zamora y Navarra también combaten las llamas
«No nos podemos permitir tener más incendios simultáneamente». Con mucha preocupación, el consejero catalán de Interior, Joan Ignasi Elena, suplicaba ayer a la ciudadanía extremar hasta hoy por la noche las precauciones para evitar nuevos incendios y colaborar para que los tres grandes fuegos activos en Cataluña evolucionen de manera favorable. Se suman a otros dos fuegos en Zamora y Navarra. Las temperaturas extremas, las tormentas eléctricas y la evidente sequía han complicado la situación en toda España.
El panorama es especialmente crítico en Cataluña porque están coincidiendo tres fuegos potencialmente peligrosos en Artesa de Segre y Castellar de la Ribera (Lérida) y Corbera de Ebro (Tarragona). Todos ellos tenían ayer un alto riesgo de que se descontrolaran y con pésimas previsiones meteorológicas que incluían incluso tormentas eléctricas. El hecho de que estuvieran lo suficientemente alejados entre sí dificultaba todavía más un plan de actuación. Por eso, la Generalitat activó de manera extrordinaria un centro de operaciones en la sede de los bomberos en Bellaterra (Barcelona).
Más de 400 bomberos y un centenar de medios aéreos están movilizados sobre el terreno. La situación llevó a la Generalitat a solicitar la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME): un centenar de efectivos, con 28 vehículos, se puso a colaborar en las tareas de extinción.
«De los tres fuegos, tenemos más energía puesta en el de Castellar porque tiene un potencial muy importante. Tenemos que actuar allí cuanto antes mejor y con tantos efectivos como sea posible», explicó David Borrell, jefe de los bomberos, que reconoció que «tenemos miedo de que se nos haga muy grande».
Los efectivos se centraron en estabilizar los fuegos de Castellar y Corbera y conseguir confinar el de Artesa, del que los bomberos daban por hecho que seguirá quemando durante los próximos días pero que querían perimetrar para que no arrase más allá de unas 5.000 hectáreas marcadas. El de Castellar, que tiene su origen en un rayo, tiene la «prioridad 1», según los portavoces del Govern, porque tiene uno de los focos cerca de una importante zona forestal que podría desbocar el fuego. Al mediodía de ayer, tanto este como el de Corbera tenían un perímetro parecido, de entre 370 y 400 hectáreas afectadas, mientras que el de Artesa era de 1.300 hectáreas.
Evacuaciones
El fuego de Artesa, el segundo que más preocupa, obligó a evacuar a 54 jóvenes de una casa de colonias, así como a los usuarios de un camping en Alós de Balaguer. También los 20 habitantes del núcleo de Clua pasaron la noche fuera de sus casas y cuatro personas quedaron confinadas por prevención. El objetivo es intentar que las llamas no avancen hacia una zona boscosa de unas 20.000 hectáreas.
El de Corbera de Ebro, por su parte, es el que tenía mejor pronóstico y se pudo estabilizar en un 80 por ciento. Este fuego tuvo como problema añadido el hecho de que la zona está todavía plagada de proyectiles de la Guerra
Civil, que provocaron pequeñas aunque inesperadas explosiones.
Además, las tormentas eléctricas unidas a la sequedad del suelo y a las altas temperaturas durante varios días consecutivos, están siendo la chispa para los incendios forestales. En sierra de la Culebra, en Zamora (Castilla y León), la simultaneidad de incendios provocados por rayos obligó a la Junta a declarar el nivel 2 de peligrosidad. De los once focos detectados el miércoles, ayer cinco continuaban activos. En ellos trabajaban unos 200 efectivos. En la sierra de Leyre (Navarra), otro incendio provocado por una tormenta seca seguía activo a última hora de la tarde, aunque en fase de estabilización, por lo que los monjes del monasterio de Leyre que habían sido desalojados pudieron volver.