La resaca post ‘Roe’: protestas, celebración, política y conatos de violencia
▶ Gritos a favor y en contra de la decisión en las inmediciones del Tribunal Supremo
Las trincheras ideológicas de EE.UU. aparecieron este fin de semana más profundas y más distanciadas que nunca. La decisión del Tribunal Supremo que deroga las protecciones constitucionales del aborto fue respondida con protestas en decenas de ciudades de todo el país y, también, con celebración por parte de los colectivos provida.
La manifestación multitudinaria del viernes en Nueva York, la mayor ciudad del país, acabó con 25 arrestos a última hora de la noche después de que los protestantes trataran de cortar calles en Manhattan. Ayer se convocaron más concentraciones y marchas en la ciudad y en el resto del país. La más emblemática, un día más, a las puertas del Tribunal Supremo, en la capital, Washington. Como en la víspera, allí se concentraron activistas a favor y en contra del aborto. Hubo gritos cruzados y enfrentamientos verbales.
En otros lugares, los conatos de violencia fueron más allá. La policía utilizó gas lacrimógeno contra los manifestantes que se plantaron en el Capitolio de Arizona, en Phoenix, en un estado donde podría entrar en vigor en breve una ley restrictiva frente a la interrupción voluntaria del embarazo. En Providence (Rhode Island) un manifestante en contra del aborto agredió a una manifestante a favor, mientras que en Cedar Rapids (Iowa) se produjo el atropello de otra persona que protestaba. Algunos llevaron su ira a las puertas de la casa de Clarence Thomas, uno de los jueces conservadores del Supremo.
El ruido tampoco faltó en la clase política, y en ambos sentidos. Mientras que decenas de diputados demócratas protagonizaron una marcha a las afueras del Capitolio de Washington, muchos representantes de la bancada de enfrente celebraron la decisión y otros advirtieron que solo sería el principio. El diputado republicano Christopher Smith aseguró que propondrá una ley restrictiva con el aborto, que ilegalizará la interrupción del embarazo tras quince semanas de gestación, en medio de un clima de júbilo de los provida. La propuesta, por el momento, no tiene posibilidades de ser aprobada, igual que no lo fue el intento de los demócratas de establecer garantías para el aborto a nivel nacional tras conocer esta primavera el borrador de la sentencia.
En redes sociales, el clima era más tenso. Algunas voces progresistas exigían «no celebrar el 4 de julio» la fiesta nacional, como protesta. En foros de extrema derecha, se pedía «traer rifles» para proteger iglesias y centros provida frente a radicales de izquierdas.