Sánchez de Saramago
La cita de José Saramago es el aval último de que Sánchez vive ya en un ahogo
NI la bonanza del PP, ni la bordería de Podemos. Lo que avala la depresión de Sánchez es que de pronto ha citado a Saramago. Ni la inflación de angustia, ni el subidón de combustibles. Más allá, o más acá, de un momento homicida, o casi, para el Gobierno, lo que acredita el susto de Sánchez es que resucitó de compadre a Saramago la otra mañana, en el Congreso. «No hay derrotas ni victorias definitivas», dijo Sánchez que dijo Saramago. Igual esto anuncia que se acabó lo que se daba. Cuando uno tira de máxima de clásico, para esperanzarse, es que hay poca esperanza. Mayormente, si eres político, porque el político de oficio recurre a la cita de literato explotando una verdad sagrada, pero la cita queda de préstamo, y tibia, y desquiciada, y por tanto, la jactancia que la aúpa encubre, en rigor, el miedo en el cuerpo.
La frase la llevó al aire Sánchez con seguridad de cierto titubeo, y ahí se descifran dos verdades más allá de lo dicho: Sánchez lee poco, como tanto político, porque la prosa le queda ancha, y atravesada, y ajena, y la cita no entorna un sosiego sino una incertidumbre. Convocar a Saramago es tener ya poco argumento, ante la inclemencia creciente, porque llevar a un escritor al Congreso es como presentar a un extranjero a la familia del pueblo. La cita de José Saramago es el aval último de que Sánchez vive ya en un ahogo, porque sólo recurres a la palabra de un creador si ya te cojea el proyecto y te fallan las tesorerías.
Luego está que tampoco ha escogido Sánchez una frase de sólida iluminación, porque la cita tampoco es un tesoro. A bulto, en internet, las hay mejores. Incluso de escritores. Y eso nos ahínca más todavía en que Sánchez se ayuda de Saramago para convencerse de lo que acaso ya no duda: ‘las victorias o las derrotas sí son a veces definitivas’. Esa cita es un susto. Y una desesperación. Ahí están los pánicos del panorama venidero, donde la sandía muerde las pensiones y la gasolina reinventa la bicicleta.