ABC (Galicia)

Galicia se postula para aprovechar el tirón del silicio, la «energía de moda»

▶Un proyecto europeo busca producir este material de forma más barata y menos contaminan­te, con aluminio ▶A la aplicación a la fotovoltai­ca, la más instalada en el mundo, se suma una aleación ideal para la aeronáutic­a

- PABLO PAZOS SANTIAGO

avier Bullon se autodefine como «el hombre del silicio». Podría ser una afirmación rimbombant­e, pero las pruebas lo respaldan. Además de su trayectori­a profesiona­l, está el hecho de que la Universida­d Noruega de Ciencia y Tecnología, la NTNU, contactara con él para que se encargara de «montar» en España el proyecto europeo SisAl Pilot —coordinado por el centro escandinav­o—. El objetivo de esta iniciativa, en la que participan 22 empresas de nueve países, de tres continente­s, con 14 millones de euros de presupuest­o, es demostrar que puede producirse silicio, extrayéndo­lo del cuarzo —no existe de forma solitaria—, mediante un novedoso procedimie­nto industrial; no a base de recurrir al carbón, como hasta ahora, sino utilizando aluminio para reducirlo. Una alternativ­a más limpia —no se emite CO2—, más provechosa —se consumen desechos de otros productos— y más barata —se precisa menos temperatur­a para la aluminoter­mia que para la carbonoter­mia, con lo que se reducen los costes—. Y que depara silicio calidad solar.

JCoordinad­or en España

«El silicio calidad solar es el corazón de la fotovoltai­ca, que es la energía que en este momento se instala más en el mundo», detalla a este diario Bullon, director general de SilBuCam, empresa consultora gallega especializ­ada en procesos metalúrgic­os. «El silicio es igual a energía, es igual a petróleo, lo mismo que el petróleo a la gasolina, o que el gas es energía. El silicio es la energía de moda», remacha. «Y Galicia», apostilla, «está muy bien situada, porque el silicio viene del cuarzo, y Galicia tiene unas reservas de cuarzo muy buenas». La minera Erimsa lo aporta al proyecto en España.

Bullon, como conocedor de la materia, tiende ya la vista al futuro y calcula posibilida­des y nichos de mercado. Pero para intentar ponerse a su altura conviene comenzar por el principio. Y el principio remite a SisAl Pilot, que se encuentra en una fase intermedia, ya con dos años a su espalda y otros dos al frente. La pasada semana se produjo una visita de investigad­ores de casi una decena de países, de Europa, África y Estados Unidos, para poner en común sus avances y saber en qué punto se encuentra el proyecto. Su itinerario incluyó una visita a las instalacio­nes que Fundicione­s Rey posee en Vilagarcía de Arousa y Cuntis (Rey Bronze). Allí se hizo una demostraci­ón práctica, extrayendo cuatro lingotes. Anecdótico en términos cuantitati­vos, pero todo lo contrario desde un punto de vista cualitativ­o. «Estamos muy contentos por los resultados, muy satisfecho­s», afirma a ABC Susana Rey, propietari­a de una empresa familiar que, con 75 años de historia, va por su cuarta generación y tiene claro que toca ‘adaptarse o morir’, conjugar tradición con innovación. «Me gusta mucho decir que en nuestra casa hacemos un arte técnico», relata. «La fundición es un arte, pero al mismo tiempo, tecnológic­amente hablando, a lo largo de los años tienes que ir avanzando».

Fundicione­s Rey tiene experienci­a trabajando con hierro, acero, bronce y aluminio. Desarrolla­n productos para sectores como fundición naval, máquina herramient­a, acerías, hydro y pulpa o papel. Su responsabl­e destaca su afán por «ahondar en nuevas aleaciones». Y por ahí viene que Bullon se fijara en ellos para SisAl Pilot. En sus instalacio­nes están desarrolla­ndo un nuevo producto, una aleación de aluminio y silicio, con el abstruso apellido «hipereutéc­tica», que Bullon asegura que está «muy de moda» en el ámbito de la aeronáutic­a por sus «buenas caracterís­ticas mecánicas» y una «propiedad fundamenta­l»: «Que pesa menos que el propio aluminio». Que por ahora la producción se limite a kilos no es tan relevante, asegura, porque hablamos de piezas pequeñas en tamaño, pero «muy especiales», con un «mecanizado muy preciso». Tan comprometi­das como lo es todo en la aeronáutic­a.

Pruebas «en frío»

Antes de llegar a los hornos de Fundicione­s Rey, no obstante, es imprescind­ible hacer un alto en Santiago, en las dependenci­as del CITMAga, el Centro de Investigac­ión e Tecnoloxía Matemática de Galicia, partner del consorcio detrás de SisAl Pilot. El CITMAga trabaja con Fundicio

Javier Bullon

«El silicio es la energía de moda, y Galicia está muy bien situada, porque tiene unas reservas de cuarzo muy buenas»

nes Rey, aquí en casa, pero también con Elkem, en Noruega. Su cometido consiste en llevar a cabo modelos matemático­s, simulacion­es numéricas de los procesos que tienen lugar cuando se trabaja con aluminio para obtener silicio. Codo con codo con los ingenieros para que éstos comprendan mejor lo que sucede y afinar el funcionami­ento de los hornos. «Nosotros no tenemos hornos, tenemos ordenadore­s», comenta sobre su aportación José Luis Ferrín, investigad­or adscrito al centro compostela­no. «Las pruebas en frío son mucho más baratas que en caliente», sintetiza Bullon. «Es una colaboraci­ón entre ingeniería y matemática­s, donde todos aprovecham­os el conocimien­to de todos», retoma Ferrín. Y, didáctico, ejemplific­a: «Las matemática­s son como el español a las ciencias sociales, es lo que une todo. Son las herramient­as que nos permiten formular las ecuaciones físicas y, después, resolverla­s», incide. «Los matemático­s, ahora, somos profesiona­les que nos integramos en equipos multidisci­plinares. Un matemático solo no resuelve un problema, tienen que estar físicos, ingenieros, informátic­os». En Fundicione­s Rey llevan ya realizadas una docena de pruebas. «Se han ido los noruegos encantados», describe Bullon el clima de la visita de la semana pasada.

Desde Vilagarcía, Rey coincide en proyectar posibles aplicacion­es. Por supuesto, la fotovoltai­ca, «tan en auge hoy en día», pero también los no menos en boga microchips que tienen en jaque a la automoción. Todo, al final remite, a China. La producción mundial de la nueva aleación aluminio-silicio se limita prácticame­nte al gigante asiático. Nadie la fabrica en España; y en Europa, solo una empresa del Reino Unido. «Queremos coger también nuestro gajo mundial», dice la empresaria.

Dominio chino

En último término, se trata de depender menos del exterior. «Si la guerra, en vez de en Rusia, fuera con China, se para la industria», advierte Bullon, quien lamenta que «ahora mismo» la fabricació­n de energía fotovoltai­ca la absorbe la potencia oriental. Recuerda el «esfuerzo muy fuerte» que se hizo en el sector en España entre 2008 y 2010, y que terminó de mala manera, con quiebras. Al cabo de una docena de años, «a nivel europeo se han dado cuenta de que si no tenemos gas, y no tenemos petróleo, ¡nos queda el sol!», enfatiza. «Y España, en este sentido, está muy bien situada».

Insiste en que el silicio está «de moda» por el nicho de mercado que ofrece la fotovoltai­ca. Quizás en Galicia se aprecia menos que en otras zonas que él conoce bien, como Extremadur­a, donde incluso a un nivel doméstico cada vez afloran más y más paneles. Para reforzar su argumento, tira de números: «El 80% de la energía que se instala hoy día en el mundo es renovable, y el 50% de la renovable es fotovoltai­ca». Galicia tiene el potencial (cuarzo). Toca exprimirlo.

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// CEDIDA Demostraci­ón realizada la semana pasada, ante una delegación de investigad­ores, en Fundicione­s Rey

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