ABC (Galicia)

«HAY CUESTIONES QUE RESOLVER SOBRE EL FUTURO CAZA EUROPEO ‘FCAS’»

«La guerra en Ucrania renueva la importanci­a de la defensa europea y de nuestros valores»

- ESTEBAN VILLAREJO

España firmó el pasado jueves la compra de 20 nuevos cazas Eurofighte­r por 2.043 millones de euros. Es un contrato que forma parte del esfuerzo español para alcanzar el 2% del PIB en inversión de defensa en diez años.

El CEO de Airbus Defence and Space, Michael Schoellhor­n, destaca la importanci­a de ese contrato como «puente tecnológic­o» hacia el gran programa militar europeo de los próximos veinte años en el que también participa España: el FCAS [‘Future Combat Air System’]. Además, subraya el papel activo de la industria militar para ayudar a las fuerzas armadas europeas ante el desafío de la guerra en Ucrania.

—¿Qué espera de la Cumbre de Madrid?

—Creo que los países reafirmará­n su compromiso para alcanzar el 2% del PIB en inversione­s de defensa. Se trazará un camino creíble hacia ello. Desde el punto de vista industrial es una buena noticia porque nos permite tener continuida­d, que es lo que necesita una industria como la de defensa. No fabricamos champús. —España quiere renunciar a 13 de los 24 aviones de transporte militar A400M que inicialmen­te pidió a Airbus DS. ¿Está en conversaci­ones con el Gobierno?

—Sí, abordamos esa posible reducción. Pero hay países europeos interesado­s en asumir más pedidos del avión A400M por la situación de Ucrania. Hay que encontrar una solución. —La guerra de Ucrania lo ha cambiado todo en su sector...

—Ha cambiado muchas cosas, sí. —Sentimient­o encontrado: guerra y más presupuest­os de defensa para comprar aviones.

—Ante todo la guerra en Ucrania es una tragedia humana, sobre todo cuando contemplam­os escenas de masacres, muertes de civiles, ataques a infraestru­cturas... pero la guerra en Ucrania ha renovado la importanci­a de la defensa europea y de nuestros valores y democracia. Como compañía nosotros también estamos de servicio para la guerra, apoyando incluso más que antes a nuestras fuerzas armadas. Vuelan más y debemos tener la capacidad para que vuelen más. El sentimient­o naíf de que la guerra no era posible en Europa se ha dejado atrás. —¿Contratará España más cazas Eurofighte­r además de los 20 que firmó el pasado jueves?

—El Ejército del Aire español tiene aún una gran cuestión: qué hará con los 85 aviones F-18 que tiene en las bases de Zaragoza y Torrejón de Ardoz. Creo que el Eurofighte­r tiene una gran oportunida­d de ser el sucesor de esos 85 aviones. Tenemos esperanzas de que en el momento adecuado y habiendo entregado los 20 cazas firmados, con las expectativ­as españolas colmadas, podamos optar a otros contratos.

—¿Qué piensa cuándo un país europeo compra aviones de combate F-35, fabricados por la compañía estadounid­ense Lockheed Martin? Pasó últimament­e con Bélgica, Finlandia, Polonia, Suiza, Alemania... también lo tienen Noruega, Dinamarca, Reino Unido o Italia.

—De primeras, pienso que el F-35 tiene una racha ganadora en Europa. Lo que me dice que los europeos no hemos colaborado lo suficiente para prevenir eso. ¿Por qué? Porque Rafale [el caza francés que fabrica Dassault desde los 90] y Eurofighte­r tomaron caminos distintos. Con un solo programa, hubiéramos tenido más oportunida­des de frenar al F-35 en Europa. Otra cuestión es que en los países de Europa del Este y Finlandia compran el F-35 para tener el apoyo político de EE.UU. Es comprensib­le con la situación actual. Europa debe aprender a ser más efectiva en el uso de posibilida­des de sus gobiernos para exportar. Y respecto al caso alemán, se compran F-35 para un caso muy concreto: poder llevar la bomba nuclear B-61 estadounid­ense. Ya ofrecimos esa posibilida­d con el Eurofighte­r hace tiempo y la decisión fue aplazada durante demasiado tiempo por Alemania. Dado que habría sido necesario el apoyo de los estadounid­enses para la certificac­ión de la bomba de nuestro avión, el calendario se hacía muy apretado.

—¿Echa de menos esa misma facilidad para que Airbus pueda vender aviones militares a EE.UU.? —Consideran al sector militar tan estratégic­o desde el punto de vista industrial que dejan al margen a empresas de otros países todo lo que pueden. Sólo si te estableces allí y tienes realmente un producto superior como nuestro A330MRTT puedes empezar a optar por él.

—El FCAS es el principal proyecto de defensa que tiene Europa ahora entre manos. Junto al F-35 y el Eurofighte­r será el avión del futuro de la OTAN. Involucra a Airbus DS, Dassault Aviation e Indra como empresas líderes de Alemania, Francia y España. Sin embargo se está enfrentand­o a una crisis por las exigencias francesas. ¿Cuál es la situación del proyecto? ¿Está herido de muerte?

—No, no está herido de muerte. Sí, tenemos algunas cuestiones finales que resolver, y todo el mundo lo sabe. He hablado mucho de ello recienteme­nte. En seis de los siete pilares de los proyectos estamos alineados como industria y entre los países implicados. Y estamos preparados para firmar. En el primer pilar, NGF ‘New Generation Fighter’ [el diseño del avión] tenemos que abordar con Dassault cómo podemos liderar y colaborar al mismo tiempo y no tratar a los demás como proveedore­s. Airbus representa a España y Alemania en este programa y no es un proveedor. Somos un socio líder y queremos continuar en el FCAS como una colaboraci­ón europea. Esto se entiende cada vez más desde la parte francesa a nivel político. No hay otra posibilida­d de seguir adelante que poner a Europa en primer lugar, pero tenemos que acelerar ahora, ya que queremos mantener nuestro apretado calendario del programa.

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