Obtienen cada vez más peso por el empuje del régimen de Pekín
Que participaron por primera vez en una cumbre de la OTAN,
En un mundo cada vez más peligroso, en el que la inestabilidad y la invasión rusa de Ucrania han echado a perder el deseo de una vuelta pacífica a la normalidad después de la pandemia, la Cumbre de Madrid está apostando por fortalecer sus vínculos con todos los Estados con los que mantiene buenas relaciones o comparte inquietudes de seguridad. En ese grupo no solo se encuentran Suecia y Finlandia, los dos países nórdicos que lograron desbloquear el martes su proceso de adhesión a la Alianza, después de arduas negociaciones con Turquía, sino también los llamados socios de la región AsiaPacífico, esto es, Australia, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda. Por primera vez, sus jefes de Estado y Gobierno acudieron a la cumbre de la OTAN, y ayer se los pudo ver y escuchar en el recinto de Ifema.
A lo largo de la jornada, el primer ministro australiano, Anthony Albanese; la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern; el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, participaron en las reuniones celebradas en los pabellones de Madrid. Su presencia resultaba fundamental, pues, junto a Rusia, China
es la otra gran protagonista de esta cumbre, debido a que los aliados de la OTAN perciben el crecimiento económico y poder militar exhibido por el régimen de Pekín como la auténtica gran amenaza.
Vecino amenazante
«China no es nuestra adversaria, pero debemos ver con claridad los desafíos que representa», dijo Stoltenberg ayer, durante una rueda de prensa que concedió tras la reunión con los países de la región Asia-Pacífico, la segunda sesión de trabajo de la jornada. «Nos enfrentamos a una era de competición estratégica. China está desarrollando sus fuerzas considerablemente, incluyendo armas nucleares, y acosando a sus vecinos, como a Taiwán», añadió el secretario general de la OTAN. «Norteamérica y la Unión Europea se enfrentan a amenazas globales y por eso es importante trabajar con nuestros socios», concluyó, recordando los vínculos establecidos entre los regímenes de Moscú y Pekín.
Como consecuencia de ese temor, las consideraciones sobre el ascendente poder chino figuraron en muchas de las declaraciones de Stoltenberg y otros líderes mundiales y también en los textos que recogieron las