Turquía se abre a la adhesión de Suecia a la Alianza Atlántica
▶ El secretario de Estado de EE.UU. apoya la venta de cazas F-16 para modernizar el Ejército turco
«Se llevarán a cabo más reuniones con Suecia y Finlandia sobre la membresía de la OTAN», anunció ayer el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, desbloqueando así un proceso de ratificación que permanecía estancado por el Gobierno de Ankara. Un aval que quedó en suspenso a finales de enero, cunado el político ultraderechista Rasmus Paludan quemó un Corán a las puertas de la Embajada turca en Estocolmo.
El cambio de opinión de Recep Tayyip Erdogan está relacionado con contratos de compra de armamento con Estados Unidos y con Finlandia, para los que se ha dado el visto bueno en las pasadas 48 horas. También ha ayudado, curiosamente, el terremoto sufrido por Turquía. Varios miembros de la Alianza Atlántica han ofrecido importantes ayudas económicas a Erdogan, al igual que la UE, y este flujo de dinero para poner remedio a las consecuencias del desastre ha abierto al Gobierno turco a posturas más comprensibles con las peticiones suecas.
La conversación clave para el desbloqueo tuvo lugar en la noche del lunes en Ankara, durante una reunión entre el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken; el presidente turco, Tayyip Erdogan; y el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu. Blinken apoyó la venta de cazas F-16 a Turquía, una operación valorada en unos 20.000 millones de dólares y condicionada por el Congreso estadounidense a que Ankara levante su veto al país escandinavo. «El presidente Biden, nuestra Administración, apoya firmemente el suministro de F-16 a Turquía, el programa de modernización», dijo Blinken durante su visita oficial, en una entrevista con la emisora de radio turca NTV. Blinken no pudo dar la fecha concreta en la que se llevará a cabo la venta: «Lo que puedo decir es que estoy en conversaciones con los líderes del Congreso para explicar la fuerte creencia de la Administración de que los F-16 son necesarios».
También Finlandia se ha prestado a nuevas exportaciones de armas a Turquía. «No hay ninguna razón por la que Finlandia no pueda vender municiones y armamento pesado a Turquía», adelantó el domingo el ministro de Defensa, Mikko Savola, durante la conferencia de Seguridad de Múnich, certificando así una relajación en la política finlandesa de exportación de armas.
En enero, por primera vez desde 2019,
Finlandia dio luz verde a la exportación de material de defensa a Turquía, otorgando una licencia al sector del acero. Savola no ocultó la conexión de esta decisión con la esperada ratificación de la OTAN y la justificó recordando que «Turquía debe ser considerada ahora un futuro aliado». Según él, relajar las regulaciones de exportación de armas fue parte del acuerdo firmado en la cumbre de Madrid de la OTAN, en 2022. Es previsible que estas compras eviten que Erdogan recurra a proveedores rusos: en 2019 adquirió un lote de sistemas antimisiles S-400 de fabricación rusa por valor de 2.500 millones de dólares.
Satisfacción en Estocolmo
La satisfacción del Gobierno sueco por este giro es evidente. «Espero retornar a las conversaciones lo antes posible», se felicitó el primer ministro sueco Ulf Kristersson, que agradeció las «enormes ayudas» de miembros de la Alianza, que en la última semana han presionado a Erdogan en esta dirección. Kristersson mencionó expresamente a la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris. Blinken ha insistido en que «la expansión de la OTAN a Suecia y Finlandia no es un problema bilateral» y ha subrayado que «EE. UU. apoya firmemente la adhesión de los países nórdicos lo antes posible».
Suecia y Finlandia también tienen prisa. El Servicio Sueco de Inteligencia Militar (MUST) acaba de advertir en un informe que la situación de seguridad en los países nórdicos es «la más grave» desde la década de 1980.
Los nórdicos tienen prisa por entrar a la OTAN: según los servicios secretos, la situación de seguridad es «la más grave» desde los 80