Un legado de muerte para las siguientes generaciones
En la localidad de Bohorodychne, en el ‘oblast’ de Donetsk, los jardines de juego del centro recreativo de la iglesia local están cubiertos por un impoluto manto blanco de nieve. Ni el ejercito de perros abandonados a su suerte que deambulan por las calles destruidas de la castigada localidad se atreven a pisarlo.
Una señal, hecha a mano y marcada con el dibujo de una calavera, desvela el siniestro y silencioso peligro que esconde bajo ella el aparentemente inofensivo manto blanco. Minas, todo está sembrado de minas.
Caminar por las calles de Bohorodychne, al igual que en la mayoría de territorios liberados por las tropas ucranianas, implica un alto riesgo para la seguridad de quienes transitan por allí. Los rusos en su retirada sembraron de forma indiscriminada cada palmo de territorio, dejando tras de sí un siniestro rastro de minas y artefactos sin estallar. Es un legado mortal para la población civil, que persistirá mucho después de que la invasión rusa haya fracasado y la guerra terminado.
De acuerdo con estimaciones de varios organismos internacionales, más del 40 por ciento del territorio ucraniano está contaminado con minas, lo que convierte a este país en el corazón de Europa en el más minado del mundo. El uso de minas antipersonas por parte de las tropas de las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, apoyadas por Rusia, se ha denunciado en numerosas ocasiones por organizaciones internacionales como Human Right Watch. Desde 2014, las víctimas mortales por minas antipersona’s han ascendido a 1.190. Sin embargo, durante la invasión rusa de 2022, la cifra de víctimas se ha multiplicado exponencialmente, alcanzando los 611 casos en menos de un año según el Grupo Asesor sobre Minas (MAG).
La producción agrícola también se ha visto afectada por el uso de minas terrestres, lo que representa una amenaza real para los agricultores que trabajan en las miles de hectáreas de cultivo marcadas con señales que advierten de proyectiles sin estallar, minas y cráteres de obuses. La rentable industria agrícola, que representa el 11 por ciento del PIB y crea un millón de empleos, es la piedra angular de la economía del país; sin embargo, la amenaza de las minas terrestres plantea un serio riesgo para el futuro de esta industria tan importante para Ucrania.
Caminar por las calles de Bohorodychne, al igual que en la mayoría de los territorios liberados, es un riesgo