La Xunta niega un «bum eólico» y defiende que su modelo es garantista
▶El vicepresidente Conde señala que «apenas» hay autorizados o en obras el 15% de los proyectos en tramitación ▶Reprocha a Sánchez «barra libre» ante las garantías ambientales y a BNG y PSdeG, falta de «coherencia» y «rigor»
Pocos debates, dejando a un lado el sanitario, consiguen polarizar tanto en Galicia como el eólico. No es de extrañar, en consecuencia, que cayera en saco roto la demanda del vicepresidente primero de la Xunta, Francisco Conde, al comparecer ayer a petición propia ante el pleno del Parlamento de Galicia, de «rebajar el ruido» al abordar la situación y perspectivas del desarrollo del sector en la Comunidad. Siempre comedido, el número dos del gobierno gallego llegó a afirmar que las intervenciones de la oposición habían sido «más propias del martes de Carnaval». Desde la tribuna de oradores, como leit motiv, la confrontación de modelos. El de la Xunta, a un lado, y el de socialistas y nacionalistas, de otro, que lo fue en el bipartito y ahora se pliega al Gobierno de Pedro Sánchez. Y una afirmación: no existe tal «bum eólico» como gusta de enarbolar el BNG —y lo tilda de «depredador»—.
Conde, que advirtió en que en el «debate» eólico «no hay lugar» ni para la «incoherencia», ni la «hipocresía» ni el «negacionismo», defendió que su modelo, el de la Xunta, es equilibrado, transparente y garantista con el medioambiente, y que persigue los mayores beneficios para el territorio; además de, «frente al caos», «aportar certezas y confianza», «la máxima seguridad jurídica para los promotores».
Lo que no promueve, terció, es la «barra libre» que sí aplica el Gobierno a los proyectos de más de 50 MW, con una «tramitación ambiental exprés», vía decreto, cuyo apoyo recriminó con insistencia a PSdeG y BNG. «No es aquí donde se aprobó levantar barreras».
«Atentado»
Conde remarcó que la Xunta seguirá pidiendo las máximas garantías ambientales para defender el patrimonio natural y cultural, y que estarán «enfrente» del Gobierno, «con o sin» la oposición, mientras sí pretenda «tramitar» proyectos sin esta salvaguarda, ante lo que llegó a calificar de «atentado medioambiental» que «Galicia no merece». Partidario de la «pedagogía», de enviar un mensaje de «optimismo» sobre la irrenunciable apuesta por la eólica, pero también de «tranquilidad», el vicepresidente económico tiró de cifras. Explicó que, en estos momentos, Galicia tiene en diferentes estados de tramitación más de 6.000 MW de energía eólica, pero los proyectos autorizados o en obras «apenas» representan el 15%; esto es, uno de cada siete. Y esto le llevó a preguntarse «dónde está el bum eólico en Galicia», cuando el bipartito, cuyo conselleiro (BNG) defendía instalar más de 6.500 MW, adjudicó 78 proyectos, que sumaban 2.229 MW, y puso en funcionamiento 36 parques, con 450 aerogeneradores. La Xunta, tras la fecha límite del 25 de enero, impuesta por el Ministerio de Transición Ecológica, y que afectaba a 140 expedientes, resolvió 120, detalló Conde, de los que 77 obtuvieron una declaración de impacto ambiental favorable (DIA), y 43, el 36%, desfavorable. De estos, acotó, se están tramitando 60. De los 13 fuera del plan sectorial, con carácter excepcional, por estar vinculados a industrias y tener cariz vertebrador, siete ya tienen DIA favorable.
La oposición desplegó una batería de críticas con puntos de encuentro y discrepancias que llevaron a Conde a retratarlos como un «matrimonio de conveniencia», sin «coherencia» ni «rigor».
Noa Presas
Diputada del BNG
«Estando más avanzados (...) podemos permitirnos parar un momento»
Matilde R. Rumbo Diputada del Grupo Socialista
«Nadie en este país está contento con la gestión en estos últimos 13 años»
Coincidencia en rechazar el modelo de la Xunta y en asegurar que se han granjeado un rechazo generalizado, enfadando a todos, de los ecologistas a la patronal. A partir de ahí, los matices. La nacionalista Noa Presas dibujó a una gobierno gallego con «prisa», aprobando «chanchullos» en los Consellos, y a Conde lanzando una «bomba de humo» con su comparecencia. Presas disculpó que ellos no se oponen a la eólica, sino al modelo del gobierno del PP, pero abogó por «parar un momento en el camino», por juzgar muy avanzada la implantación de esta energía. El PSdeG, por el contrario, postuló un «sí» según los casos que, afirmó Matilde Rodríguez Rumbo, hace viable apoyar por las mañanas y colocarse tras pancartas por la tarde, como afeó Conde. Buena parte de su tiempo lo consumió la socialista en una defensa cerrada de Sánchez.
Conde resumió este batiburrillo en un «eólica, sí pero no», y advirtió de que posicionarse en contra «sería desconectar a Galicia de la transición energética, coartar las aspiraciones de sectores estratégicos y poner freno al crecimiento»; «demonizar» solo conlleva «retraso», recriminó al Bloque. «Esto no es una cuestión de ideologías ni de colores políticos», «se trata del futuro que queremos para Galicia», enfatizó. A la vista de que se rechazaba su mano tendida, prometió «seguir trabajando por una Galicia verde, frente a una oposición crispada que ve una Galicia gris».