JM NIETO Gangrena
El caso del Tito Berni es un ejemplo perfecto de la corrupción ética, política y económica que impregna al socialismo
¿ Cuándo se infectó el Gobierno del mal que se ha tornado gangrena? Algunos piensan que fue Podemos el origen de este proceso de descomposición, al quedar plasmada en el célebre chalé de Galapagar la insalvable contradicción existente entre los dichos populistas del demagogo Pablo Iglesias y sus hechos de nuevo rico. Otros, como quien suscribe, opinamos que Frankenstein nació ya herido de muerte, al conformarse sin más argamasa que la ambición de su presidente y el rechazo de todos sus socios a la nación y el sistema democrático cuyo control asumían. Un pacto de poder tejido con semejantes mimbres no podía traer nada bueno ni resultar duradero. Eran demasiados los platillos en el aire necesitados de atención constante. Demasiadas las mentiras requeridas para contentar a todos. Demasiadas las cesiones. Las mañas de prestidigitador desplegadas por Pedro Sánchez dieron de sí lo que dieron, pero se le han agotado en el peor momento posible, a tres meses de las elecciones municipales y autonómicas y diez de las generales. En estas vísperas decisivas para el futuro de su proyecto, ve desplomarse, uno a uno, todos los palos del sombrajo que creía invulnerable.
El caso del Tito Berni es paradigmático. Una metáfora perfecta de la hipocresía imperante en la izquierda, siempre aupada a las alturas de su presunta superioridad moral. Un ejemplo insuperable de la corrupción ética, política y económica que impregna al socialismo. Tráfico de influencias con epicentro en una comunidad gobernada por el PSOE y ramificaciones en el Congreso de los Diputados y la Guardia Civil, sin olvidar el Ramses y las posteriores juergas en un puticlub, mientras se predica una santa cruzada contra los chanchullos ajenos, se promueve legislación destinada a prohibir la prostitución y se criminaliza a los empresarios que osan ganar dinero y crear puestos de trabajo. Algo parecido a esa ley del ‘solo sí es sí’ merced a la cual se han beneficiado ya más de 700 agresores sexuales, de los cuales 74 están en la calle, alumbrada por el Ejecutivo que presume de ser el más feminista de la historia y el partido que da fe de su compromiso con las mujeres cambiando ‘unidos’ por ‘unidas’.
La gangrena avanza y se extiende. A cada escándalo le sucede otro de mayor calado. La economía, lejos de mejorar, arroja cifras de paro que siguen encabezando el ranking de la UE, tipos de interés que disparan el importe de las hipotecas, precios de un número creciente de alimentos fuera del alcance de la mayoría de los bolsillos y la calefacción convertida en un bien de lujo. Ni siquiera el semestre de presidencia europea parece augurar alivio, toda vez que Bruselas condiciona el envío de nuevos fondos a la obtención de explicaciones exhaustivas sobre la rebaja del delito de malversación, condición impuesta por los sediciosos catalanes para mantener su apoyo. El calvario del presidente no ha hecho más que empezar.