Biden rompe con su propio partido por los recortes a la Policía
▶El presidente, en precampaña, se suma a los republicanos para vetar una ley que rebaja penas en la capital federal ▶Esta semana, los votantes echaron a la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, por la inseguridad
Joe Biden regresó el jueves a la que fue su casa durante 36 años y, allí tendió la mano a los republicanos en un giro centrista que marca el inicio de una larga carrera electoral. Tras las recientes advertencias de los votantes, que el martes echaron sin contemplaciones a la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, quien recortó los fondos de la Policía, el presidente norteamericano anunció durante una visita al Capitolio, donde fue senador entre 1973 y 2009, que participará del veto conservador a una nueva ley penal en la capital que rebajaría notablemente las penas por diversos tipos de delito.
En plena ola de criminalidad, con un 36% más de homicidios en lo que va de año con respecto a 2022, a los demócratas que gobiernan la capital, comandados por el presidente del consejo, local Phil Mendelson, les ha parecido procedente cambiar la ley penal no para endurecerla, sino para todo lo contrario. El nuevo código eliminaría la mayoría de las penas mínimas obligatorias y reduciría las penas máximas, incluso para el robo de coches y la posesión ilegal de un arma de fuego, y permitiría los juicios con jurado, que suman menos convicciones, para algunos delitos menores.
Problemas internos
Desde la pandemia, la criminalidad se ha disparado en Washington D.C. Han aumentado los hurtos, robos con violencia, allanamientos y homicidios. Cada año hay más de 200 homicidios en la capital, 1.300 asaltos con arma de fuego y 2.000 robos. En los dos primeros meses de 2023, se han disparado no sólo los homicidios, sino los robos en coches, un 11%, hasta llegar a los 1.000 por mes. Como otros departamentos de Policía Local, el de Washington está falto de personal y recursos, y ha padecido sus propios problemas internos.
El pasado mes de octubre, siete agentes de la Unidad de delitos violentos fueron apartados al descubrirse que se incautaban sistemáticamente de armas ilegales, pero ni denunciaban ni detenían a los delincuentes que las portaban.
Los diputados y senadores lo saben, porque trabajan en la capital. Por ejemplo, a principios de febrero la diputada demócrata Angie Craig fue agredida en el edificio en el que vive y tuvo que defenderse echándole un café caliente en la cara a un tipo de 26 años que le golpeó el rostro a e intentó estrangularle.
Cambios en el Código Penal
Con este panorama, el residente más célebre de Washington ha decidido que no va a permitir esa relajación de la ley criminal. En un almuerzo en el Capitolio dijo a los senadores de su partido que estaba con los republicanos que validaría una medida para revocar los cambios en el código penal del distrito de Columbia, nombre oficial de la capital federal. Biden tuiteó más tarde: «No apoyo algunos de los cambios propuestos por el Consejo del Distrito de Columbia a pesar de las objeciones de la alcaldesa, como la reducción de las penas por robo de vehículos. Si el Senado vota para revocar lo que hizo el Consejo de Washington, lo firmaré». Biden se presenta a la reelección en 2024.
En el Capitolio, el presidente en realidad le dio permiso a los centristas de su partido para oponerse a la medida. Recientes decisiones del electorado, como revocar al fiscal de distrito de San Francisco o negarle a la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, un segundo mandato, por percibirlos como blandos en la lucha contra la criminalidad, han hecho saltar las alarmas en el seno del Partido Demócrata en año electoral.
Los republicanos llevan varias semanas advirtiendo de que vetarán la
ALIANZA ESTADOS UNIDOS-ALEMANIA nueva ley de Washington. Algunos demócratas centristas, como Joe Manchin, de Virginia Occidental, han dado indicaciones de que pueden sumarse a los conservadores, que no son mayoría en el Senado. Al ser distrito federal, el Capitolio debe aprobar o vetar todas las medidas aprobadas a nivel local.
Incitar a los delincuentes
Los republicanos sí tienen mayoría en la Cámara de Representantes, y el que preside la comisión de Control Gubernamental allí, el diputado James Comer, afirma que la ley local «incita a los delincuentes a campar a sus anchas por el Distrito de Columbia». «Todos los estadounidenses deberían sentirse seguros en su capital. Pero no es así debido a la indulgencia de los demócratas de Washington hacia los delincuentes a expensas de la seguridad de los estadounidenses», añade Comer.
Lo cierto es que la alcaldesa de Washington, la demócrata Muriel Bowser, intentó vetar la ley alegando que no
aumentaría la seguridad de la ciudad, pero en enero el Consejo de Washington votó por 12 votos a uno para anular ese veto. Tras esa derrota, Bowser se sumó a los demás demócratas locales y pidió al Capitolio que aprobara la nueva ley, a riesgo de facilitar la injerencia del Capitolio en la vida política de la capital.
Los precedentes
El veto sería un hecho de gran relevancia, pues la última vez que el Congreso anuló una ley local aprobada por el gobierno del distrito de Columbia fue en el año 1991, durante la presidencia de George Bush padre. Desde entonces, el Congreso ha mantenido una política de no interferir en las decisiones locales de Washington, aunque retiene cierta influencia porque tiene autoridad sobre el presupuesto del Gobierno de la ciudad y, como en este caso, revisa las leyes aprobadas por el Consejo del Distrito antes de que entren en vigor.
Los partidarios de la revisión del código penal sostienen que moderniza lo que consideran un código penal obsoleto y refleja las amplias aportaciones de fiscales, defensores públicos y expertos jurídicos. Dicen, además, que las revisiones son coherentes con el Código Penal Modelo, una ley tipo creada por el Instituto de Derecho Americano en la década de 1960 que 29 estados han tomado para actualizar y estandarizar sus códigos penales.