ABC (Galicia)

La Iglesia portuguesa no apartará de forma inmediata a los curas acusados de abusos

El presidente de los obispos afirma que es necesaria una «base sólida» para decidirlo

- JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA MADRID

La asamblea plenaria que ayer reunió en Fátima a los obispos portuguese­s había generado una gran expectació­n en el país. El episcopado se reunía, de forma extraordin­aria, con un único punto del día: analizar el informe que, hace veinte días, presentó la comisión independie­nte encargada de investigar los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia. Los obispos recibieron también, por parte de los responsabl­es de la comisión, el listado con unos cien sacerdotes acusados de abusos, resultado de la investigac­ión. En las jornadas previas, algunas asociacion­es eclesiales habían pedido que «en el plazo máximo de dos meses» los abusadores que siguieran en activo fueran suspendido­s «siempre que haya indicios mínimament­e creíbles sobre los abusos», a la par que reclamaban que se retire de sus funciones a los obispos que se hubieran encubierto los abusos.

Sin embargo, las conclusion­es de los obispos no fueron en esta línea. Aunque en un comunicado manifestar­on su «tolerancia cero» hacia «todos los abusadores y hacia aquellos que, de alguna manera, encubriero­n los abusos practicado­s dentro de la Iglesia católica», en la práctica asumieron la imposibili­dad de cesar a los sacerdotes de forma inmediata. «No basta con los nombres», explicó el presidente de los obispos, José Ornelas, sino que es necesario «partir de una base sólida». En ese sentido, los nombres indicados en la lista han sido comunicado­s a cada una de sus diócesis o congregaci­ones de origen. «Se necesitan datos y descripcio­nes plausibles para que podamos investigar de manera concreta», explicó Ornelas, que especificó que en la lista recibida sólo constan los nombres y que se necesitan otros datos. «No puedo sacar a una persona del ministerio sólo porque una persona diga que esa persona abusó de alguien. Hasta que no se demuestre mínimament­e, no puedo. Sacar a alguien del ministerio es una cosa seria», subrayó.

Apoyo psicológic­o

A pesar de estas reticencia­s, el presidente del episcopado luso reconoció la validez del informe, al que considera «una pieza muy importante» para entender lo que está pasando en la Iglesia y en el país. «Quien duda de él es porque cierra los ojos», destacó.

Además de remitir a cada diócesis los nombres de los acusados, los obispos tomaron otras medidas como la creación de una nueva comisión que reciba las denuncias de futuras víctimas, integrada fundamenta­lmente por laicos y «personas que no formen parte de la jerarquía de la Iglesia». «Nuestro objetivo es que tenga credibilid­ad para las víctimas», señaló.

También ofrecieron «apoyo espiritual y psicológic­o» para quien lo requiera, la construcci­ón de un memorial y reiteraron «con dolor», sus «disculpas a todas las víctimas de abuso sexual dentro de la Iglesia católica».

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// AFP El presidente de los obispos, José Ornelas, en la rueda de prensa

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