ABC (Galicia)

Alonso, el mismo tiburón de siempre

▶Ilusionado por el proyecto ambicioso de Aston Martin, el piloto de 41 años corre contra el tiempo en su 20º año de F1, que arranca hoy en Baréin

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

Una de las frases más brillantes que ha descrito a Fernando Alonso durante su extensa trayectori­a en la Fórmula 1 la pronunció Andrea Stella, ingeniero italiano que el piloto conoció en Ferrari, lo fichó para McLaren y hoy es director de esta escudería británica. «La principal virtud de Fernando es que no tiene defectos», manifestó Stella. Alonso sigue incombusti­ble e inoxidable en el deporte que convirtió en masivo hace casi veinte años y que ha fluctuado en España hacia el éxtasis o la decadencia según los resultados que él conseguía. Con la ambición de siempre, la actitud beligerant­e que le es innata, el asturiano luce una sonrisa de oreja a oreja en el tostadero de Baréin, el diminuto y millonario emirato del golfo Pérsico. Allí empieza la temporada (este domingo, a las 16 h, Dazn) con la duda de si Max Verstappen seguirá en modo patrón, dominante hasta ayer el holandés con su Red Bull, hasta que Alonso marcó el mejor tiempo en los primeros entrenamie­ntos. Hamilton sigue al acecho para recuperar su corona con Mercedes y Ferrari con Carlos Sainz y Leclerc como aspirantes, pero la atención, por ese imán indescifra­ble del carisma, se centra en Alonso, el mismo tiburón de siempre.

Se encienden las luces de la Fórmula 1 y la incertidum­bre es la mejor aliada de este deporte. ¿Se paseará Verstappen como lo hizo desde el verano el año pasado? ¿Conserva Hamilton el coraje para plantear batalla? ¿Podrá Ferrari dar un impulso con Leclerc y Sainz? Pero en España la pregunta surca por otros derroteros. ¿Alcanzará la evidente mejora del Aston Martin para que Alonso logre su victoria número 33?

Frases tajantes

Una huella singular de Alonso siempre fue su lengua tajante. Rotundo, contundent­e y autoritari­o, pocas veces se ha escondido cuando la ilusión o la decepción han llamado a su puerta. «Acabaré mi vida en la Fórmula 1 en Ferrari», dijo en 2010 a los pocos meses de fichar por la mítica escudería roja. «Aquí no me podía quedar ni un minuto más», aseguró al salir de McLaren en 2007 después del cisma con Hamilton. «Dejaré de considerar a la F1 un deporte», comentó en 2006 cuando le prohibiero­n una pieza de su coche. «Dedico el título a los míos y a nadie más», soltó en 2005 al proclamars­e campeón del mundo por primera vez.

Durante estas semanas previas al campeonato se ha estrenado una nueva docuserie de Netflix sobre los entresijos de la F1. A Alonso y su veteranía (41 años) se le sigue presentand­o como un compañero receloso, que puede enseñar mucho a sus vecinos del mismo equipo o hacerles la vida imposible. El piloto de Oviedo, siempre un verso suelto en un mundo anglófilo dominado por la lengua de Shakespear­e, lo resume con agudeza. «Siempre tiene que haber héroes y antihéroes. Y yo estoy en el lado oscuro». Dice mientras ríe por la ocurrencia.

Luis García Abad ha recorrido el mundo con el piloto desde 2001 hasta los últimos años previos a su primera retirada (2018), porque tendrá que haber una segunda. Ha sido su mánager, mano derecha, confidente, asesor, inversor, amigo, socio… Una de sus sentencias recalca el perfil de Alonso: «Trabajar con él es fácil porque es inteligenc­ia pura, alguien que no te hace perder el tiempo. Fernando no concibe la derrota. Quiere ganar siempre».

Los entrenamie­ntos oficiales han dibujado un panorama alentador para alguien que no ha perdido la motivación pese a que los números podrían decretar el olvido. Alonso no gana una carrera desde mayo de 2013, en Barcelona con Ferrari. No obtiene una pole desde julio de 2012, en Alemania con el bólido italiano. Consiguió su última vuelta rápida en 2017, con aquel McLaren pesaroso de la segunda época. Y en los últimos nueve años solo se ha subido una vez al podio (Qatar 2021 con Alpine).

Un ciclo desfavorab­le que contrasta con su virtuosa etapa de esplendor.

«La principal virtud de Fernando como piloto es que no tiene defectos», dice Stella, su antiguo ingeniero y hoy jefe de McLaren

Dos campeonato­s del mundo (2005 y 2006), 32 victorias, 22 poles, 23 vueltas rápidas, 98 podios, 2.061 puntos, 1.770 vueltas en cabeza de una carrera, más temporadas (20) y grandes premios que nadie (356) en la historia.

Estadístic­as que refrendan aquella apreciació­n de Flavio Briatore, su jefe en Renault y representa­nte en las grandes operacione­s. «Siempre supe que Fernando Alonso era un caballo ganador. Cuando le ofrecí un contrato en Renault me dijo que se lo tenía que pensar. A la media hora ya había salido de mi despacho con el papel firmado».

Uno de sus enlaces en la Fórmula 1 a partir de este año será Pedro de la Rosa, expiloto, analista brillante y didáctico en televisión y ahora embajador de Aston Martin en funciones de representa­ción fichado por Alonso. De la Rosa ha trabajado antes con él en McLaren, Ferrari. «Es una persona exigente a la que le gusta su trabajo. Alonso

es muy intenso. En Fórmula 1, quien no es intenso dura cuatro días. Siempre vas a encontrar a alguien que es más intenso que tú». Su aproximaci­ón al primer gran premio de 2023 no puede ser mejor. Ayer, en la pista de Sakhir, logró el mejor tiempo en la simulación de clasificac­ión para la pole, delante de Verstappen.

Solo ha habido dos pilotos en la historia con más edad que Fernando Alonso (cumplirá 42 el 29 de julio) que han ganado el título. Fue allá por el pleistocen­o. El argentino Juan Manuel Fangio lo consiguió en 1954 (43 años), 1955 (44), 1956 (45) y 1957 (46). Y el italiano Giuseppe Farina lo hizo con 43 años en 1950. Desafiante y siempre combativo, el español no quiere abandonar de nuevo la Fórmula 1 sin emular a sus ancestros y levantar algún día un tercer título.

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// EFE Fernando Alonso, con el Aston Martin en el garaje del circuito de Sakhir

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