Fotógrafo de la magia urbana George S. Zimbel (1929-2023)
Nacido en Massachusetts y apasionado por España, se le recuerda sobre todo como un cantor de las ciudades
Fallecido en Montreal, su ciudad adoptiva, el fotógrafo humanista norteamericano George S. Zimbel, autor de unas célebres efigies de Marilyn Monroe, es recordado sobre todo como un cantor de las ciudades, y el autor de un ciclo memorable sobre Nueva Orleans.
Nacido en Woburn, Massachusetts en el seno de una familia de inmigrantes judíos procedentes de Estonia y Lituania, Zimbel, que ha muerto el pasado 9 enero, estudió en Columbia. Alumno de John Ebstel (uno de los grandes de la Photo League), y de Alexei Brodovitch, por aquella época se relacionó con Garry Winogrand, cultivador de la ‘Street Photography’. Como este último, fue un estupendo cronista de Nueva York, de su puerto y sus playas, de sus ‘elevated’, de un taxi en la noche de la United Nations Plaza, de los dancings, de Harlem, del Bronx… Luego vendrían visiones de la América profunda; lectores en bibliotecas; clientes de librerías; niños; perros; escenas ferroviarias…
Fotorreportero para ‘Look’ o ‘The New York Times’, retrató a muchas celebridades, especialmente a los presidentes, de Roosevelt a Nixon, y a figuras del mundo de la cultura o el espectáculo. De 1954 data su sesión fotográfica más universalmente célebre, de Marilyn con su falda levantada. Pero lo suyo era sobre todo el aire de la calle. Lo había demostrado en 1952, cuando en Europa, donde estaba cumpliendo el servicio militar, tiró carretes llenos de pequeños tesoros, como sus vistas de SaintGermain-des-Prés, los muelles del Sena, la colina de Montmartre y otros rincones de París.
Un día de 1999, recibí una carta manuscrita en mi despacho del IVAM. Era de un entonces para mí desconocido George S. Zimbel. El dossier fotográfico que adjuntaba, integrado principalmente por obra ‘fifties’, me atrapó. Al año siguiente, lo expusimos, con catálogo con textos de Josep Vicent Monzó (entonces conservador de fotografía del museo, y comisario de la muestra), Henry Lehman y Vicente Molina Foix.
El corazón de la muestra, que luego viajó a Madrid, al MEAC, era un reportaje colosal de 1955 de la noche de Nueva Orleans, objeto de su fotolibro ‘Bourbon Street: New Orleans, 1955’ (2006). Reportaje en el que brillan las botellas en la penumbra metálica de los bares, el cuerpo de la bailarina cubana Chelo Alonso, los haigas negros, y ese autobús avanzando en lo oscuro hacia Desire, obvio homenaje al tranvía de Tenessee Williams…
En aquel momento, Zimbel ya vivía en Canadá. Llegado al país en 1971, tras unos años al frente de una granja en Prince Edward Island, en 1980 terminaría fijando su residencia en Montreal, y volviendo al oficio. El IVAM supondría el inicio de su pasión por España. Tiene instantáneas muy bien traídas de Cádiz, Madrid o Valencia, y un retrato de Cristino de Vera. En 2008, expuso en Barcelona, en la desaparecida Kowasa. En 2011, un tranvía en la noche de Estambul trae a nuestra memoria el autobús de Nueva Orleans. Ya en colores, recordar sus visiones de parques y plazas de su ciudad adoptiva.