Diputados del PSOE: «Ferraz nos ha dejado desprotegidos»
CEl código ético del PSOE mandata que «todo regalo quedará plasmado en un registro custodiado por Gerencia»
Los 20 euros por diputado que sufragó la trama para abaratar el menú del Ramses podrían ser una dádiva que debía haber sido declarada
Supuestamente, los socialistas tampoco pueden aceptar obsequios de la misma persona, organismo o empresa que sumen más de 100 euros en un año
uando hace unos meses Pedro Sánchez decidió entregar a los independentistas la reforma de la malversación, muchos históricos del PSOE comenzaron a preguntarse si quedaba algo en pie del ideario que debía defender el partido. Esa reforma se producía después de que el líder socialista introdujera a un partido populista como Podemos en el Ejecutivo e indultara a los líderes del 1-O en prisión, previo pacto con ellos y con los herederos del brazo político de ETA. En aquel momento, en Ferraz aún resistían, entre alguna otra, la bandera del feminismo. Pero los regresivos efectos de la reforma del ‘sólo sí es sí’ primero y el caso Mediador después, han tumbado también esa enseña.
El escándalo de Tito Berni tiene los tres ingredientes que más daño le podían hacer al PSOE en este momento: corrupción, fomento de la prostitución y prácticas que, no siendo delictivas, están a años luz de la ética que pregonó Sánchez cuando alcanzó La Moncloa. La cuestión de fondo es por qué el caso que a todas luces podría darle la puntilla al PSOE en el próximo ciclo electoral, ha sido afrontado desde Ferraz con una pasividad difícil de entender. Tanto, que ha terminado dando oxígeno al escándalo en lugar de ahogarlo. La sensación de que el cuartel general ha dejado a los diputados a los pies de los caballos recorre la bancada socialista tanto como el pesimismo ante el resultado de las próximas elecciones de mayo. «Mañana puede salir cualquier nombre, sea verdad o sea mentira, que haya estado con Juan Bernardo. (Ferraz) nos ha dejado desprotegidos, expuestos a que nos relacionen, con el destrozo que eso supone también a nivel personal y familiar», considera un miembro del grupo parlamentario, muy crítico con que la dirección se limite, básicamente, a animar a sus diputados a querellarse contra quien difame.
Curiosamente, en esta orfandad, algunos parlamentarios encuentran desahogo en la figura de José Luis Ábalos, apartado del Ejecutivo después de que Pedro Sánchez recibiera informaciones muy negativas y polémicas sobre sus andanzas.
La tensión es tal que hay sospechas y acusaciones entre los propios diputados respecto a quién participó en la cena en el Ramses, pero al mismo tiempo hay coincidencia mayoritaria en que Ferraz ha errado al no querer sacar a la luz todos los nombres de compañeros de juergas de Tito Berni ni borrar toda sombra de sospecha. «Se sentaba en la última fila y se relacionaba principalmente con personas de su edad. Los daños estarían controlados, que es justo lo que no sucede ahora», acota.
Y es que un eje del debate público se centra en la trama corrupta, pero otro gira en torno a la famosa cena en el restaurante de lujo Ramses, sufragada en parte por los empresarios. «Se debería haber abierto una investigación sobre si ha vulnerado la ética del partido, cayera quien cayera, para limpiar completamente la imagen. Ahora, se ve arrastrado el grupo entero», reflexiona otro cargo parlamentario. Motivos para esa investigación hay. Fue
Pedro Sánchez el que en 2014 aprobó y se comprometió a aplicar en el PSOE un código ético que establece que «todo regalo que se reciba quedará plasmado en un registro dispuesto al efecto custodiado por Gerencia del partido».
Además, ningún cargo orgánico o público socialista puede «aceptar regalos u obsequios, sean en efectivo o en especie, favores o servicios que procedan de una persona física o jurídica relacionada directa o indirectamente con su actividad política, orgánica o administrativa y cuyo valor supere los 60 euros». Y por si el espíritu de la norma no hubiera quedado claro, el código ético socialista también establece que «no se podrán acumular regalos procedentes de la misma persona, organismo o empresa, cuya suma de sus valores sea superior, igualmente, a los 100 euros durante el periodo de un año».
Por tanto, según los estándares establecidos por el jefe del Gobierno cuando estaba en la oposición y, en contra de lo defendido esta semana por Patxi López frente al periodista de ABC Mariano Alonso, una simple cena puede implicar malas prácticas, según quién sea el pagador. En el caso Mediador, los 20 euros por diputado que la trama abonó para abaratar el menú concertado en el Ramses, podrían suponer una dádiva que tendría que haber sido declarada a Ferraz. Los platos estaban previamente cerrados y, forzosamente, los parlamentarios conocieron esta condición. «Después de como se ha gestionado esto (el escándalo), el PP sólo tiene que cruzarse de brazos y no equivocarse. Con eso ya tienen la victoria en las generales», lamentaba el viernes otro miembro del grupo parlamentario, que ve riesgo de un «buen batacazo» en las próximas elecciones de mayo.
Hay nervios, mucha preocupación y tensión interna. Los focos de intranquilidad se resumen en tres. El primero, que podrían existir fotografías y audios de la cena en el Ramses, pero también de otros parlamentarios en juergas en clubes. Igualmente, se temen las imágenes del mediador, Marco Antonio Navarro Tacoronte, en reuniones oficiales entre el Gobierno canario y los ganaderos. Unas y otras podrían seguir alimentando el escándalo «durante meses».
El segundo, que falta aún mucha información por hacerse pública y la trama podría haber operado más allá de Fuerteventura. El temor se centra en que aparezcan contratos comprometedores en Tenerife, donde se destapó la red por la denuncia falsa del director de Deportes del Cabildo, Ángel Pérez. Pero también hay inquietud por los contratos de drones que tres ministerios adjudicaron a miembros de la trama y en los que está por ver qué papel jugó el general de la Guardia Civil, Francisco Espinosa, único detenido de momento. «Podríamos tener implicadas dos islas, el Gobierno autonómico, lo del Congreso y algún ministerio. O quizá no. El problema es que no lo sabemos y tenemos elecciones en cuatro meses», razona un cargo del Grupo Parlamentario Socialista.